El muñeco de nieve (The Snowman) está basada en uno de los libros de la saga de policiales de Jo Nesbø protagonizada por el detective Harry Hole. Acostumbrados actualmente a las series nórdicas policiales, esta película del año 2017 recuerda a otros films de este estilo, como por ejemplo Insomnia (1997) y su remake americana del 2003, una clase de films que hoy no sorprenderían tanto y a los que la gente espera en formatos de mayor duración.
Pero justamente uno de los méritos de El muñeco de nieve es el ser un hábil policial que en dos horas es capaz de contar una historia compleja, llena de personajes y vueltas de tuerca. El detective Hole (Michael Fassbender) es un detective alcohólico toma el caso de una mujer asesinada durante una nevada en el crudo invierno de Noruega. El y su compañera de investigación Katrine (Rebecca Ferguson) descubren que este caso no es un hecho aislado y que es posible que estén frente a un asesino serial. El muñeco de nieve del título es la firma del criminal.
Toda una subtrama se desarrolla nueve años antes y sigue los pasos de un policía llamado Rafto (Val Kilmer), también con problemas y de cuyo destino iremos descubriendo poco a poco. El alcoholismo de Hole le trae problemas con su ex mujer, en su trabajo y también para sobrellevar el propio caso. Como ya se ha establecido en estos policiales, los pequeños pueblos tienen debajo de la superficie blanca de la nieve un sinfín de secretos que la película irá develando poco a poco. A los actores mencionados hay que sumarle varios lujos más en el elenco, como Charlotte Gainsbourg, J.K. Simmons, Toby Jones, Adrian Dunbar y Chloë Sevigny. Un producto efectivo, no falto de algunas trampas de guión, pero que en dos horas puede contar de manera entretenida lo que a las series le lleva tres o cuatro temporadas. Dirigida por Tomas Alfredson.