Unas semanas antes del estreno de El reino perdido de los piratas (The Lost Pirate Kingdom, 2021), Netflix estreno otra serie documental llamada La era samurái: la batalla por Japón. Ambas pertenecen a un formato de documental que reconstruye la historias con muchas escenas recreadas. Expertos dan testimonio al mismo tiempo que vemos las escenas interpretadas por actores. Es un formato interesante del cual la señal History ha dado varios ejemplos. Pioneros del salvaje oeste (2018) fue uno de los más interesantes exponentes de este formato.
Pero mientras que La era samurái tenia una coherencia estética hasta en los testimonios, El reino perdido de los piratas está completamente fuera de rumbo. No solo los testimonios son de dudosa procedencia en más de un caso, las reconstrucciones son lamentables. La era samurái tenía una reconstrucción de época impecable, con un vestuario digno de una producción de ficción clase A. Dichas reconstrucciones tenían además pocos diálogos, para no romper la magia y sostener con mayor seriedad la historia grande que se contaba. Acá ocurre lo contrario. Los actores son horribles y las escenas largas y con muchos diálogos. El vestuario es simple y los decorados son una muy berreta pantalla verde. Todo se ve feo, pobre, poco confiable.
Para quienes busquen conocer más el tema, hay algo de información valioso e interesante, pero hay tantos trucos a la vista que es imposible saber cuantas mentiras por minuto aparecen en esta serie documental que no está para nada a la altura de lo que promete. Hasta la voz en off, nada menos que del actor shakespeariano Derek Jacobi, es más show que otra cosa, una vez más dañando la credibilidad de la serie. Una pena. La edad de oro de los piratas ha dado infinidad de novelas, películas y series, pero esta que comentamos aquí, más allá de la información que contiene, no es una de ellas.