Dos mujeres que viven en épocas diferentes, se contactan a través del teléfono de la misma casa. Esto, que ha sido motivo de películas de ciencia ficción y también dramas románticos, adquiere acá la forma de una película de terror intensa que no da respiro.
Esta producción coreana logra, casi todo el tiempo, que el espectador disfrute la mayoría de las escenas sin darle tiempo a que se dé cuenta que todo es un disparate y que el guión no cierra por ningún lado. Pero es una de las formas posibles del cine, la del espectáculo que se mueve más por la vida de cada escena más que por la lógica y rigurosidad con la que se trata.
Es verdad que abusa de sus recursos y que muchos de los mejores momentos son justamente los más insólitos y sin sentido. Para cuando el espectador termine de saber que pasa, la película ya va por los títulos.