Elijo creer es la película oficial de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) sobre el mundial de fútbol Qatar 2022. Eso define tanto su tono como su estilo y por ese motivo la película nunca es brillante ni tampoco cae en desastres. Para los amantes del cine documental, acá no hay absolutamente nada de interés o innovador, pero para quienes deseen revivir el mundial de fútbol y repasar cada uno de los partidos, esta es, por ahora, la mejor opción. Es muy superior al otro largometraje documental sobre Qatar 2022, Muchachos, la película de la gente, que ya desde su título mostraba su búsqueda demagógica sin reparos.
Elijo creer evita cualquier conexión entre la realidad argentina y la selección y una vez más, esto es bueno y malo a la vez. Uno de sus productores es Victor Santa María, sindicalista, político, dirigente deportivo y director general del Grupo Octubre, brazo de propaganda política del kirchnerismo. Tal vez por eso le conviene no hablar de política en relación con la Selección Nacional. Pero sí se trata de fútbol, Elijo creer arranca con el mundial y termina con los festejos. Narrativamente es lineal, más allá del breve prólogo con los segundos previos a que Montiel pateé el último penal en la final del mundial. Luego de lanzar unos elogios no solicitados a Qatar (mejor no preguntar) comienza directamente con los partidos y no se va de allí nunca más. Se complementa con testimonios de algunos de los jugadores, el director técnico Lionel Scaloni, el utilero de la selección, Marito De Stéfano y también habla el presidente de la AFA, Chiqui Tapia. Siendo una película oficial, más oficialista que Tapia hablando no se consigue. No hay política, no hay reflexiones sociales, no hay ni siquiera situaciones conflictivas. El “Que mirá, bobo?” ni aparece, aunque no sabremos si es por pedido de los entrevistados o decisión de los realizadores.
La narración tiene la voz de Ricardo Darín, la máxima estrella del cine argentino de los últimos veinticinco años, así como Muchachos lo tenía a Guillermo Francella, la otra máxima estrella del cine y, además, de la televisión nacional. La diferencia entre ambas voces lo resume todo. Mientras que Muchachos era pura poesía berreta y tribunera, acá se opta por un discurso un poco más elegante, aunque fervorosamente adjetivado y con algunas metáforas bastante obvias. Si se le pone a un documental una voz en off sobre el mundial que no sea el análisis informativo, siempre se caerá en esa trampa. Pero como toda la película, acá no hay casi momentos vergonzosos como los muchos que tenía Muchachos. Por otro lado, acá si se vuelve un poco más necesaria para ir contando algunos detalles. Ricardo Darín no la actúa, sino que la recita sin estridencias ni humoradas. Una versión oficial.
En Elijo creer se ven todos los partidos y los goles se repiten como corresponden. No es una película para el auto festejo del hincha, sino para celebrar el triunfo de los campeones. Aún así, y cómo máximo error, la película opta por poner videos de las personas en sus casas en el momento del penal que lo definió todo. No sólo la imagen es mala en calidad, simplemente no tiene sentido hacer eso. Los festejos posteriores en las calles sí están mejor armados y van hasta el final de los títulos en un cierre más coherente que incluye la canción que se convirtió en himno del mundial y que la otra película no usa en la banda de sonido o no puede usar. Ninguno de los dos largometrajes tiene la calidad de imagen cinematográfica que se pudo disfrutar del registro de los otros dos mundiales en los que Argentina salió campeón. Un retroceso notable que no se sufrirá tanto cuando el espectador la vea en su casa.
Louis van Gaal, el entrenador de Países Bajos, sigue siendo el villano perfecto no sólo de un mundial y de los dos documentales de Qatar 2022, sino también de cualquier película de James Bond o Indiana Jones. Pero en ese aspecto Elijo creer no busca subrayarlo, no trata de ser provocadora ni molestar a nadie. Tampoco Mbappé es dejado en ridículo como en Muchachos, la película de la gente, lo que se agradece. A diferencia de Héroes (1986) no se narra todo el mundial, sino el camino argentino, el punto de vista argentino, y las ideas de los argentinos. Apenas se anuncia a Francia en la primera rueda en una escena y nada más. Si Brasil, España o Alemania formaron parte de Qatar 2022, no se sabe.
Y finalmente la emoción y la belleza del fútbol. Luego de exagerar el peso de Diego Armando Maradona al comienzo del documental, la presentación de Lionel Messi muestra una parte de su encanto. Las entrevistas son muy acartonadas y acotadas, con lo cuál no surge ni un momento de complejidad o sorpresa. Las entrevistas hechas por Sofi Martínez en la serie Llave a la eternidad lograban mayor espontaneidad. Pero las versiones oficiales son así, con logos, marcas y todo controlado. Y sin embargo basta ver la sonrisa aniñada de Julián Álvarez al hablar de su gol contra Croacia para que se nos llenen los ojos de lágrimas. No es tanto lo que dicen sino cómo se ven sus rostros lo que mejor queda en la película. Dibu Martínez siempre resulta auténtico y Messi se resume en la siguiente idea, tanto para nosotros como para sus compañeros: “Bueno para Messi, bueno para la humanidad”.
En ochenta minutos la película no aburre nunca y en su estructura está tanto su limitación como su efectividad. No hay prácticamente un solo plano que resulte un hallazgo, por eso es por lo que su valor cinematográfico es tan escaso. Observa la grandeza y con eso se conforma. Cada espectador podrá vivirla como quiera. A mí se me aceleró el corazón en el partido contra Países Bajos y mucho más contra Francia. Y estallé en lágrimas cuándo en el minuto 103 de la final el Dibu Martínez le atajó el último tiro al arco de Kolo Muani. A pesar de haberlo visto docenas de veces, esa imagen en pantalla grande me impactó más que nunca. Hace un par de semanas la había visto también en un cine en Muchachos y no había logrado ese efecto. Y, nobleza obliga, sí hay un plano de puro cine, cuando en la definición por penales Muani concreta su penal pero su rostro es el de la derrota. Sabe que la suerte está jugada y su gol llega tarde. Si lo que quieren es ver Qatar 2022 en el cine, Elijo creer es la película que tienen que elegir.