Abby (Amy Poehler) decide celebrar el 50 cumpleaños de su amiga Rebecca (Rachel Dratch) con una escapada de fin de semana aun con las quejas de la propia amiga, que buscaba algo más sencillo. Abby, Rebecca y cuatro de sus amigas, a quienes conocen desde que eran jóvenes camareras en una pizzería, deciden pasar el fin de semana juntas en Napa, California.
En estas tres jornadas ellas recorrerán, sin ningún afán cultural, los viñedos y compartirán una casa que les alquila Tammy (Tina Fay), una hosca viuda del lugar. La película logra ordenar a las seis protagonistas y la dueña de casa de manera impecable, cada una con su espacio, su historia y sus sentimientos. Las cuentas pendientes, sus frustraciones y su presente imperfecto. Abby intentará llevar un itinerario estricto, pero las cosas se irán complicando a medida que se vayan sumando copas y charlas.
La calidad del humor de Wine Country la ubica entre las mejores comedias de los últimos años. Amy Poehler como protagonista y directora demuestra su talento, haciendo mucho más que filmar un guión. El timing del humor es impecable, las ideas de puesta en escena hablan de un conocimiento profundo del humor cinematográfico. La comedia de mujeres avanzó mucho en estos años y son grandes representantes Poehler, su socia de comedia Tina Fay, y actrices como Maya Rudolph y Rachel Dratch, también presentes aquí. La variedad del humor de Wine Country y la efectividad absoluta de los gags son una nueva prueba de esto.