Escape de Pretoria cuenta la historia real de los presos políticos Tim Jenkin (Daniel Radcliffe) y Stephen Lee (Daniel Webber), dos sudafricanos blancos que, junto con otros presos, tramaron un escape de la prisión central de Pretoria en 1979 después de ser encarcelados por cargos de “producir y distribuir 18 folletos diferentes en nombre de organizaciones prohibidas” (incluido el Congreso Nacional Africano) durante la era del apartheid en Sudáfrica.
El contenido político y la película de suspenso conviven sin problema en la historia. Estando en el 2020 parece tan reciente y tan absurdo lo que se ve en la película, con una nación que aceptaba el racismo abiertamente hasta hace muy poco tiempo. No se necesita más que describir la realidad para producir una denuncia. Partiendo de eso, la historia se centra en el minucioso, obsesivo y a la vez titánico plan de los presos por intentar escapar de la prisión.
Aferrada al suspenso, la película mantiene la tensión todo el tiempo. Se parece, en varios aspectos, a Alcatraz Fuga imposible (1979) de Don Siegel. Pero a diferencia de aquel film, la perfección narrativa se ve interrumpida por algunos momentos para recordarnos el racismo de sudafricano. Con una idea muy enfocada y buscando los detalles más precisos, Escape de Pretoria es una de esas historias que si no fueran reales nadie creería, al verlas en una película, que realmente ocurrieron cómo se las muestra.