DOS TIPOS DUROS
Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger supieron ser las máximas estrellas del cine de acción de los ochenta. Stallone tuve prestigio en la década anterior, incluyendo el Oscar para Rocky y películas de gran ambición como F.I.S.T. Stallone se volvió héroe de acción ochentoso unos años después, donde su serie de Rocky fue abandonando el drama realista por la apuesta más excesiva y lo mismo con Rambo. El fisicoculturista Arnold Schwarzenegger se sumó en esa década, teniendo el buen ojo para protagonizar Terminator. A diferencia de Sly, Arnold supo reinventarse con humor y su estrellato le duró intacto durante la década del noventa. Sus carreras han tenido altibajos, algunos títulos olvidables, pero claramente estaban saliendo del estrellato poco a poco, dejados de lado por otra clase de films (Schwarzenegger abandonó su carrera cinematográfica por su camino en la política) además de que, obviamente, el pasar de los años afecta a los héroes de acción. Stallone realizó hace poco, aunque parezca mentira, dos atendibles secuelas de sus máximos personajes: Rocky Balboa y John Rambo. Estas dos películas le permitieron preparar el terreno para su verdadero regreso: Los indestructibles, realizada en el 2010. El título de indestructible es local, porque el original, The Expendables, era casi contrario, y mucho más a tono con aquel punto en su carrera. El film fue la excusa para que, aunque fuera con un pequeño cameo, reapareciera también Arnold. Los veteranos del cine de acción habían vuelto, y habían vuelto con todo. Su público no los había olvidado, como demostró ese éxito que se transformó en Los indestructibles 2 y va camino a la tercera parte, sumando en cada caso otras estrellas del cine de acción. Pero Escape imposible trae una verdadera novedad y es que aquellos rivales de la taquilla ahora comparten cartel protagonizando de forma excluyente un film completo. El ámbito es una cárcel de máxima seguridad y ambos juegan con ligereza y humor sus papeles hechos a la medida. No es Escape imposible un film tan divertido y complejo como Los indestructibles, pero ofrece una vez más una idea del cine que es festiva. Se da el lujo de sumar a grandes actores como Jim Caviezel, Sam Neill, Vincent D´Onofrio, Amy Ryan, lo que también habla de un buen ojo para elegir el casting. Nobles y dignos, estos dos gigantes del cine nos regalan otro momento de alegría. Esa nobleza tiene, en más de un momento, ecos de Alexandre Dumas, autor citado en varias partes del film. Esto abre la sospecha de que estamos frente algo sencillo de disfrutar pero complejo de hacer. Con muchos proyectos en el futuro y con varios excelentes films realizados en esta década, los chicos están de vuelta. Y volviendo al comienzo de la nota aclaremos algo: que Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger hayan sido enormes estrellas de acción de la década del ochenta, que hayan sido las máximas estrellas de ese cine, los ubica, por derecho propio, como enormes estrellas ya no de un género o una década, sino de la historia del cine mundial. Muchos han sido olvidados, muchos han quedado al costado en el recuerdo popular y en la memoria cinéfila. No es el caso de estos dos gigantes y su obra, que poco a poco está siendo reivindicada como corresponde.