Especial de Navidad de Porta dos Fundos: La primera tentación de Cristo (A Primeira Tentação de Cristo) es el título completo de esta parodia de 46 minutos estrenada en Netflix y realizada por la productora brasileña Porta dos Fundos. Este especial ha sido noticia durante estas últimas semanas. ¿El motivo? Grupos religiosos, la mayoría de evangélicos, promovieron el boicot a la película y a Netflix. Fueron los hashtags en Twitter lo que hizo que los demás nos enteráramos de este especial. Don Henrique Soares da Costa, actual obispo de la Diócesis de Palmares, en Pernambuco recomendó a los usuarios cancelar sus cuentas. Una petición en Change.com suma hasta este momento 2.400.000 firmas para que Netflix saque el especial. Muchas otras peticiones, muchas con miles de firmas, se multiplicaron en estos días. Enojarse es válido, sentirse ofendido en los tiempos que corren es moneda corriente, pero pedir prohibir nunca será la solución para nada. El especial de Navidad no promueve la destrucción, ni los ataques a la fe cristiana, para nada. Hasta se podría argumentar que incluso es a favor del cristianismo. Pero no sé si vale la pena el esfuerzo de explicárselo a los intolerantes. Incluso la productora sufrió un ataque con bombas molotov hace un par de días.
El boicot, mientras tanto, provocó un esperable Efecto Streisand. ¿Qué es esto? Muy sencillo: se le llama así al fenómeno que ocurre cuando un intento de censura o encubrimiento fracasa, provocando un efecto contraproducente. Lo que se quiso tapar termina siendo más divulgado o reconocido, recibiendo más visibilidad de la que hubiera tenido naturalmente. Esta nota y todas las que se han escrito son la prueba. Un especial completamente ridículo y sin interés se termina transformando en un tema importante. No hablamos de la calidad del producto en sí, sino de su fama. La religión cristiana, en sus diferentes ramas, tiene un historial de persecución de películas y programas de televisión que lleva muchos años. Los cristianos, que han sufrido y en algunos lugares aún sufren persecuciones, también tienen un historial negro de intolerancia. Muchos espectadores de cine hemos visto como películas como La última tentación de Cristo o La vida de Brian eran dejadas fuera de la posibilidad de estreno debido a los escándalos religiosos que provocaban. La película de Scorsese se exhibió con éxito en el Centro Cultural Ricardo Rojas en una copia en video, provocando la enorme decepción de los que veían la película pensando que podía ser crítica a la religión, cuando en realidad se trataba de un film profundamente religioso. Y con La vida de Brian (disponible en Netflix, pero no le digan a nadie) directamente cayó en manos de la censura. Muchas otras películas sufrieron eso. El padrino III, que mostraba un escándalo en el Vaticano, se estrenó con un cartel aclarando que la película podía “ofender a las personas con sensibilidad religiosa”. Sin ir más lejos en el año 2014 Kingsman: El servicio secreto se estrenó en varios países de Latinoamérica sin la famosa escena de la matanza en la iglesia. Días después del estreno en Argentina se comenzó a dar la versión completa. No hay registro de que haya sido por presiones religiosas, sino por un caso de autocensura para un continente donde la religión ocupa un lugar primordial.
Lo más importante: ¿El especial realmente bueno? ¿Es gracioso y vale la pena verlo? Como cualquier podía imaginar la respuesta es no. No, no vale la pena. Es una serie de gags muy tontos, muchos ya usados en diferentes parodias y con un timing de televisión de bajo nivel. Pero acá estamos, por culpa del intento de censura, viendo que pasa con este nuevo especial que provocó tanto escándalo. El año pasado también habían realizado un especial, pero la provocación no fue suficiente, al parecer. No tuvo suficiente publicidad. Se trataba de una mezcla entre ¿Qué paso ayer? y La última cena, suena más gracioso de lo que realmente fue. Pero la productora Porta dos Fundos ya había tenido escándalos previos. La productora se dedica a hacer videos de comedia para internet, donde hay que decir que funcionan mucho mejor que estos largos especiales de más de 40 minutos. No solo la religión está en el centro de los chistes, pero sin duda es lo que mejor resultado les ha dado. Por algo será, aunque nadie parece preguntarse eso.
La historia es tan simple como tonta. Se cumplen 30 años del nacimiento de Jesús. María y José le preparan una fiesta sorpresa a la que acuden, entre otros, los tres reyes magos y, a pesar del mal humor de José, Dios, el verdadero padre de Jesús. Pero el homenajeado no sabe que es hijo de Dios, cree que Dios es su tío, Vittorio. Cuando Jesús llega no lo hace solo. Viene con otro hombre llamado Orlando, con quien pasó cuarenta días en el desierto. Claramente algo pasó entre ellos y es una clásica historia de hijo gay que vuelve a su casa sin haberle dicho la verdad a sus padres. Varios chistes aluden a la idea de que algo pasó entre ellos durante esos cuarenta días. La tentación del título y esos cuarenta días que a cualquier cristiano le anticipan el desenlace. Orlando es Satanás y entabla una batalla contra Cristo al final de la fiesta de cumpleaños. ¿La tentación gay es el diablo? Bueno, así se le manifestó a Jesús por algo. Al final, cuando todo termina bien y vencen a Satanás, Jesús y su padre discuten sobre cuál es el destino que el joven tendrá. No parece querer cumplir con su rol, pero finalmente se dan tres años para decidir. Jesús le pide una sola cosa: Que todos los apóstoles sean hombres. Dios le dicen que si quieren pueden ser mujeres, pero Jesús insiste. Y eso es todo. Y millones de personas se han ofendido por esto que acabo de contar. Pudiendo ignorarlo, eligieron destacarlo. Escuché por ahí que si esto fuera sobre Mahoma el resultado sería peor. Es verdad, no cabe ninguna duda, hay muchas pruebas de ello, pero justamente ese es el ejemplo de lo importante que es la tolerancia y como debe defenderse la libertad de expresión. Cuando Jesús se encuentra con todas las deidades no aparece Alá. Al preguntar le contestan: Bueno, Alá es muy tímido. Claramente es alusión a que no se puede hacer chistes con la religión musulmana. No se me ocurre una crítica más dura que esa.
Una vez más, Netflix termina obteniendo la prensa gratuita. Y lo curioso es que Netflix, que se luce con sus disparatadas y discutibles selecciones, por ejemplo “Lento” como categoría para películas- tiene una división mayor a la que denomina géneros y allí aparecen cosas que no son géneros, como por ejemplo Aclamadas por la crítica y otra llamada Fe y Espiritualidad. En esa categoría hay mucho cine religioso, no hablamos de películas con religión, sino de verdaderas películas didácticas acerca de la religión, material de abierta bajada de línea y discurso no cinematográfico, casi institucionales. También Netflix produjo Los dos Papas, que sí es una película más tradicional y a la que se podría discutir no solo su poca calidad –algo que normalmente se debería poder discutir de cualquier obra- sino también su fuerte posicionamiento político sobre temas tan terribles como los abusos en la iglesia católica. Es decir, Netflix es cualquier cosa menos una usina de material anti cristiano. Con este especial de Navidad incluso muestra que tiene una diversidad saludable. ¿A quién se le ocurriría hacer una campaña para boicotear Netflix porque hace películas en favor de los Papas? En el año 2019 es un disparate estar persiguiendo material audiovisual cuya difusión aumenta a medida que se lo quiere prohibir. Veremos si el año que viene hacen un nuevo especial e incorporan este intento de prohibición entre los chistes. Tal vez así se vuelva gracioso. O tal vez no tengan más chistes y pasen al olvido, pero esto no ocurrirá mientras los sigan persiguiendo, está claro.