Quién hubiera imaginado, veinticinco años atrás, que Marvel no solo encontraría el rumbo para su universo cinematográfico sino que además dominaría la taquilla mundial con más de veinte películas conectadas entre sí. Los intentos de pasar al cine no habían funcionado y los éxitos televisivos habían sido mayormente en la década del setenta, más como excepciones que como regla. Recién a fines de la década del noventa asomaron tiempos de cambio y aquello que no terminaba de convertirse en éxito finalmente se desató, llegando hasta nuestros días con una fuerza imparable, no solo dominando ya los cines, sino extendiéndose nuevamente hace el mundo de las series, con propuestas que a su vez están conectadas con las películas mencionadas.
Las últimas dos series de Marvel, WandaVision y Falcon y el soldado del invierno marcan, claramente, una nueva etapa con fuerza y calidad que juega de igual a igual con las películas y en algunos aspectos también las supera. Si WandaVision apuesta a una estructura novedosa, llena de riesgos, apostando a un público capaz de pasar al siguiente nivel, Falcon busca darle un marco narrativo bien clásico, como los films de Capitán América, pero con un nivel de drama y una carga de violencia que las películas no quisieron o no pudieron tener. Se sabe que en el servicio de streaming, a diferencia del cine, no se pierde al público infantil, porque las calificaciones por edad no son más que una sugerencia cuando se trata de ver películas o series en casa.
Falcon y el soldado del invierno sigue la línea temporal de Avengers: Endgame (2019). Al final de esa película el Steve Rogers, retirado, le entregaba su escudo a Sam Wilson, Falcon. Allí se abría un interrogante acerca del futuro del Capitán América. Esa pregunta se responde en los seis episodios de esta miniserie. Sí, miniserie, porque lo que pueda seguir ya será otra cosa, más allá del interrogante que da el puntapié inicial.
Sam Wilson (Anthony Mackie) se unirá a Bucky Barnes (Sebastian Stan), el Soldado del invierno, para combatir a un grupo terrorista que cree que el mundo era mejor durante el blip desatado por Thanos. Aunque siempre ayuda estar al día con el Universo Cinematográfico Marvel, el guión de la serie es lo suficientemente claro como para que nadie se pierda y se pueda concentrar en los nuevos temas que sus episodios traen como novedad.
Sam no sabe si lo correcto es donar el escudo y convertir al Capitán América en historia o atreverse a ocupar su lugar. Estará el mundo para un Capitán América negro? No son preguntas solo de la historia, sino que todo esto parece también ser un metalenguaje donde la propia reflexiona sobre los cambios y el futuro de los superhéroes en el cine y la televisión. Pero entonces las autoridades deciden por él y eligen a un nuevo héroe de la vida real para que se convierta en el superhéroe querido por todos. Así es como el capitán John F. Walker (Wyatt Russell) recibe el legado que dejó Steve Rogers.
Estos tres personajes principales son las tres líneas con las que la serie se enfrenta al tema del héroe. Sam Wilson, que ya es superhéroe pero quiere seguir con su vida, Bucky Barnes, que aun no sabemos si se ha curado del todo de sus traumas y conflictos del pasado y John F. Walker, que recibe una carga muy pesada que tal vez no pueda soportar. Ser un héroe es una carga, no solo un privilegio. Ser el héroe más recto de todos es aún más difícil para los candidatos. Nuevamente: la serie cuenta su historia y reflexiona al mismo tiempo sobre el presente y futuro del género.
Escenas de una violencia inesperada le dan Falcon y el soldado del invierno un tono más serio y adulto, aun cuando tenga el esperado sentido del humor. No traiciona a los films y está construida sobre el recuerdo y el legado de Rogers. La trama incluye más aristas y personajes, donde la historia muestra tener material para otra temporada sin problema alguno. En la era del streaming las series Marvel parecen ser un poco más adultas que las películas. No sorprende, pero aun así es una buena noticia para estar nuevas historias derivadas del cine.