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Faraway Downs: Australia

De: Buz Luhrmann

En una charla pública que dio alguna vez el director David Lynch, un estudiante bien intencionado le dijo que había leído una versión del guión de Terciopelo azul (Blue Velvet, 1986) con un final diferente. Le preguntó entonces qué opinaba de ese final y que tenía para decir. David Lynch, con su habitual tono, fue tajante: “Creo que todo el material que esté fuera de la película terminada debe ser destruido”. El estudiante, algo avergonzado, se relajó al ver que todo el auditorio sonreía con el tono con el cual Lynch estableció su postura artística. Es sabido también que John Ford no filmaba tomas demás y que incluso gritaba “Corte” lo más rápido posible para que luego el estudio no tuviera opciones para alterar lo que él creía que debía ir en la pantalla.

Estas son viejas historias que se pueden contraponer a los famosos “Cortes del director/Director´s Cut” que han tenido muchos largometrajes famosos. Hay muchas versiones de Blade Runner, tres de ellas muy difundidas, y todas tienen valor, aunque al final del día la versión que finalmente aprobó Ridley Scott con todos los detalles deseados y estrenada en el 2007 es la mejor de todas. Sí, definitivamente es la mejor, pero en secreto todo repetimos las palabras de Harrison Ford y esa voz en off de film noir tan innecesaria como inolvidable. Francis Ford Coppola logró estrenar una versión de Apocalypse Now llamada Apocalypse Now Redux y durante décadas los amantes de Metrópolis de Fritz Lang vieron crecer, decrecer y volver a crecer el metraje de su película favorita. Sin tanto show películas como The Blues Brothers tuvieron una versión extendida que las volvió incluso mejores de lo que ya eran. Los espectadores no tienen idea del número gigante de largometrajes con más de una versión que existen.

La era digital lo cambió todo y la posibilidad de conservar material para estrenar luego una versión completa que no pasó originalmente por los cines ya no es un rareza sino una verdadera opción. La trilogía de El señor de los anillos es un ejemplo, pero hay muchas más. Ahora el streaming abre una puerta más. ¿Qué tal si la película que en su estreno en salas duraba dos horas y media o tres horas tiene material para convertirse en una película en tres partes o una miniserie? Ese es el caso de Faraway Downs: Australia (2023) dirigida por Baz Luhrmann y protagonizada por Nicole Kidman y Hugh Jackman.

La película estrenada en el año 2008 tenía una duración de dos horas y cuarenta y cinco minutos. Recibió críticas mixtas, el público americano no la apoyó demasiado pero al final del camino recuperó su inversión y dio ganancia. Esta coproducción entre Australia, Estados Unidos y Gran Bretaña supuso un cierto retroceso en la carrera de Luhrmann pero tampoco se puede hablar de fracaso artístico o comercial. Es un largometraje realizado como un antiguo melodrama de Hollywood, capaz de combinar Lo que el viento se llevó con referencias a El mago de Oz, La reina africana, Casablanca y Lawrence de Arabia, cinco de los clásicos más populares e indiscutibles de todos los tiempos.

Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman), una aristócrata inglesa, viaja a Australia para obligar a su marido a vender su extenso rancho ganadero, Faraway Downs. Sin embargo, al llegar descubre que este ha sido asesinado. Su decisión inicial de abandonar el lugar cambia cuando entiende que el ganado que posee aún tiene un enorme valor. Lady Sarah le pedirá ayuda de un arriero local, al que justamente llaman Drover (Hugh Jackman), para salvar Faraway Downs de la feroz competencia del ganadero más poderoso del lugar. Todo esto es mostrado a través de los ojos de Nullah, un niño indígena australiano birracial a quien Lady Sarah tendrá como su protegido del entorno racista que lo amenaza.

Faraways Downs: Australia, es mucho más que la versión extendida de la película. Por supuesto que hay más escenas, pero los cambios son más profundos. Baz Luhrmann cambió elementos de la banda de sonido, por supuesto los títulos para la serie y principalmente el punto de vista, que ahora de forma definitiva, no sólo acompaña a los protagonistas, sino que explica mucho mejor la historia del narrador, Nullah (Brandon Walters). El personaje de la protagonista está más equilibrado, se vuelve un poco más serio y con más fuerza. En la locura acelerada de la versión de cine, ella hacía el ridículo demasiadas veces antes de poder reivindicarse. Acá tiene más tiempo para hacerlo. Hay diferencias más importantes, pero no vamos a anticiparlas.

El relato gana en drama y complejidad, pierde en diversión y gracia. Su mirada algo paternalista que ubica a los aborígenes como seres mágicos hoy se ve demodé, aunque el discurso político en defensa de las Generaciones perdidas está intacto y mucho mejor explicado. Se sigue observando esa mirada con algo de parodia de lo que significa Australia como país. La presencia de figuras legendarias del cine australiano como Jack Thompson, Bryan Brown, David Gulpipil, Bill Hunter y Bruce Spence (este último nacido en Nueva Zelanda). Otros actores de ese origen, más jóvenes, como David Wenham o Brian Mendelsohn completan el elenco de figuras locales, además de los tres protagonistas también australianos.

Faraway Downs: Australia es un ejercicio no pensado desde el inicio del proyecto pero abre la puerta para que muchas películas, cuyo montaje inicial las deja en una duración imposible, puedan hacer lo mismo pero más planificado. Claro que sin tantos cambios como los que ocurren acá, porque el sentido de la película se altera bastante. Se mantiene, eso sí, su estilo de cine clásico, su artificio, su mezcla de melodrama, western y romance y sus ideas sobre el país que retrata. No es más de lo mismo, es algo bastante diferente y vale la pena darse vuelta para descubrir, si acaso se descubre, qué hay de nuevo bajo el sol de Australia.