Ernst Toller (Ethan Hawke) es el pastor de la Primera Iglesia Reformada en Snowbridge, Nueva York, que lucha contra una crisis de fe. Planea llevar un diario anotando sus pensamientos durante un año y luego destruirlo. Dirige una iglesia reformada holandesa de 250 años que es más un museo que una iglesia, ya que casi no tiene concurrentes. Ex capellán, Toller lucha también contra sus viejos traumas y actuales problemas de salud. La pequeña iglesia, alejada de la teología calvinista original, ahora depende de una gran iglesia evangélica cercana.
Cuando una joven embarazada llamada Mary (Amanda Seyfried) se acerca a él para pedirle ayuda por la angustia que está sufriendo su marido ambientalista, las creencias de Toller se verán todavía más cuestionadas. El joven no quiere traer un niño al mundo ya que está convencido de que la Tierra tiene los días contados debido al desastre climático sin retorno que se ha iniciado.
La película describe de forma visual la angustia que Toller también expresa en palabras. El director filma la vida ascética del pastor y sus rutinas, observando el equilibrio endeble que posee. Como muy pocas películas actuales, se plantea temas espirituales y morales, va más allá del rol de la iglesia y analiza la religión y su importancia. Incluye, de una forma que tampoco es común, la supervivencia del planeta como un tema también vinculado con lo esencial. No es un panfleto ecologista sino un análisis que cuestiona nuestro vínculo con el mundo. El tono de la película y sus temas pueden resultar agobiantes, pero nunca se convierte en una película perversa que someta al espectador a una sordidez que le impida pensar lo que está viendo. Se puede compartir el camino de Toller y reflexionar junto a él acerca de temas que en lo cotidiano han quedado de lado. La película hace un juego muy inteligente al intercalar elementos trascendentes con cosas absolutamente triviales, mostrando como lo más profundo de nuestra existencia convive con detalles comparativamente ridículos pero necesarios.
El trabajo de Paul Schrader como guionista es mucho más conocido que su obra como realizador. Eso se debe a que escribió para Martin Scorsese Taxi Driver, Toro salvaje y La última tentación de Cristo y para Peter Weir La costa Mosquito. Sin embargo en su doble condición de guionista y director, Schrader tiene en su historia títulos como Blue Collar, Hardcore y Mishima. Al ver First Reformed el parecido con Taxi Driver es particularmente notable. El propio Schrader reconoció que se parece más de lo que el mismo planificó.
El estilo trascendental en el cine. Ozu, Bresson y Dreyer es un libro que escribió Schrader casi cincuenta años atrás y define sus principios cinematográficos. No siempre ha podido plasmarlos como aquí, donde la marca de los tres directores mencionados aparece en mayor o menor medida. Sin duda es Robert Bresson el más presente. El ascetismo del protagonista y el diario que lleva nos conecta con Diario de un cura rural (1951) una obra maestra de Robert Bresson. Algunas de las frases más recordadas de aquel film parecen ser citadas aquí. Desde el cierre con la expresión Todo es gracia a las ideas del amor que esa obra se expresan. El amor ocupa un lugar fundamental en First Reformed. Si alguien desea amor, debe ponerse al alcance de este. Incluso hasta se podría decir que dentro de la enorme oscuridad del film, la idea central es de esperanza. El final remite también a Bresson y El carterista (1959).
No es el único vínculo que la película tiene. Se nota la marca de Ingmar Bergman y Luz de invierno (1962) y Toller se parece, como mencionamos, mucho a Travis, el protagonista de Taxi Driver. La comparación entre ambos films también sirve para mostrar la evolución de Paul Schrader con respecto a los temas que lo obsesionan. Y también hay una cita a El sacrificio de Andrei Tarkovsky pero, en mi humilde opinión, con más sentido y lógica que en el film citado. Schrader no podrá nunca superar a Bresson, pero creo que sí está un poco por encima de los films puntuales de Bergman y Tarkovsky aquí citados.
Y volviendo a Robert Bresson una similitud más es digna de ser mencionada. Bresson, el maestro de Schrader, también tuvo un film donde su angustia frente al cambio climático y el desastre ecológico aparecía de forma clara. Parece mentira, pero en El diablo probablemente (1977) Bresson se mostraba preocupado por esto que hoy es un tema central pero hace cuarenta años atrás era un problema claro. Para esa misma época la obra de Schrader exponía sus obsesiones y su desesperación frente a una sociedad decadente en Taxi Driver. Los temas de Schrader vuelven aquí, pero la desesperación por el cambio climático y un desastre cercano ha crecido mucho más desde aquel entonces.
Casi no hay películas como First Reformed en el cine actual. Hay algunas buenas películas, incluso excelentes, pero son pocas y no poseen este estilo. Hoy por hoy quedan un puñado de maravillas narrativas por año, pero alejadas del concepto de cine de autor como lo conocíamos hace décadas atrás. El pacto que propone con el espectador este film de Paul Schrader es de otra época. Es sentarse y apreciar una obra cinematográfica intensa y definida. Un film lleno de temas fundamentales de la condición humana expuestos de forma lúcida y sin vueltas. La fuerza de la película se ve en cada toma, en cada plano del protagonista, capaz de trasmitir, gracias a un extraordinario actor, toda la angustia existencial del personaje. Una obra trascendente como las que Paul Schrader estudió al comienzo de su carrera. En el mundo actual, es una joya que brilla y es fácil de diferenciar. Es lo que hace un tiempo solíamos llamar cine.