Fuera de la justicia (Out of Death, 2021) ocupa su pequeño lugar en la historia del cine por ser parte del último período de la carrera de Bruce Willis, donde en el transcurso de cinco años filmó más de treinta películas. Si bien en el 2018 y 2019 trabajó en algunos títulos acordes a su carrera, en el 2020, 2021 y 2022 sus trabajos consistieron en estar en rodajes de cine de bajo presupuesto participando en general de uno o dos días de rodaje solamente. Muchos actores de segunda línea tienen una carrera así, pero no es algo común en grandes estrellas, aun en las que han dejado atrás su esplendor. Lo que fue motivo de misterio e incluso burla, en el año 2022 terminó con una noticia triste, Bruce Willis, de sesenta y siete años, anunciaba que sufría de afasia y se retiraba del cine. Bruce Willis estaba tratando de ganar el último dinero posible antes del final de su carrera. Con el ritmo de rodaje que traía, todavía quedaba más de media docena de películas por estrenar. Mike Burns, el director de la película, aún no sabía de la enfermedad pero sí tuvo que reducir algunas de las escenas por complicaciones debido al estado del actor.
La película, con todo lo dicho, vio a su vez complicado el rodaje por la pandemia. Lo que ya era de por sí un proyecto poco ambicioso, se transformó en algo hecho a las apuradas en solo nueve días de rodaje. El protagonista, obviamente, no es Bruce Willis, aunque aparezca primero en los títulos y en los afiches. Y no nos engañemos, sin él, nadie vería esta película y muchos menos escribiría sobre ella. La historia es la de una mujer (Jamie King) que en una zona montañosa es testigo involuntaria de un crimen. Toda la corrupta oficina del sheriff irá tras de ella para tapar el crimen y los demás delitos asociados. Bruce Willis interpreta a un policía que acaba de enviudar y ha decidido alejarse de todo. Este policía es el único que puede ayudarla.
Todo el conflicto se despliega en los primeros treinta minutos y luego, por las limitaciones narrativas de la película, todo se hace bastante aburrido y forzado. Las escenas se arrastran hasta completar los poco más de noventa minutos que dura la película. El villano principal es lo más flojo de la película y sus secuaces, sensiblemente mejores, quedan de lado en la parte final, lo que perjudica aún más la narración. Dentro de las malas películas que Bruce Willis viene haciendo, esta es de las peores, lo que no es poco decir. Veremos si en las aún faltan por estrenar aparece algo que esté a la altura de su carrera, no parece por ahora que vaya a ser así.