El nombre Gary Coleman es mundialmente conocido para los espectadores de televisión de la década del ochenta. Desde 1978 a 1986 interpretó a Arnold Jackson en la serie Blanco y negro (Diff´rent Strokes en el original) Arnold y su hermano Willis (Todd Bridges), dos chicos de Harlem que eran adoptados por el señor Drummond (Conrad Bain) un hombre blanco de clase alta, quien ya tenía una hija llamada Kimberley (Dana Plato). El éxito de dicha serie fue total y millones de espectadores la disfrutaron durante aquellos años. La línea: “¿De qué estás hablando, Willis?” es una de las más famosas de toda la historia de la televisión. Pero cuando la serie perdió audiencia, Gary Coleman se quedó sin carrera y su vida, complicada por sus problemas de salud, se vio seriamente afectada por el conflicto con sus padres primero y una relación virulenta con su esposa después. Gary Coleman murió en Provo, Utah, a los 42 años. El documental Gary (2024) cuenta toda su historia y tiene algunas características que lo hacen diferente a los típicos documentales sobre estrellas caídas en desgracia.
El primer testimonio que aparece es el de Shannon Price, quien fue su esposa durante dos años y siguió siendo su pareja de hecho hasta la muerte del actor. Bastan segundos para ver a una persona rara, inquietante y lo que sigue lo confirma. También aparecen los padres de Gary Coleman, cuya disputa por el dinero fue lo que sumió a la estrella infantil en su ruina posterior. Algunas figuras más positivas dan testimonio, pero en promedio se trata de vínculos confusos, llenos de contradicciones y puntos oscuros. Todo el documental lleva a un final anunciado y lleva consigo la amargura de ver a quién hizo feliz a tanta gente, incluso hoy, pero no pudo lidiar con su propia vida. Incluso la frase que todos aman, fue su mayor éxito y luego su permanente pesadilla. Todo lo malo de ser una estrella y ninguno de sus beneficios.