Dean (Rian Gordon), Duncan (Lewis Gribben) y DJ Beatroot (Viraj Juneja), son un trío de adolescentes a los que se les da una última oportunidad para dar un giro a sus vidas compitiendo por el Premio Duque de Edimburgo, un desafío para salir de su zona de confort realizando un recorrido por las Highlands de Escocia, sin otra ayuda más que sus propios medios. Inesperadamente le suman a un cuarto integrante, Ian (Samuel Bottomley), quien, pese a no tener nada en común con ellos, queda en el mismo equipo.
No pasa mucho tiempo antes de que al ser dejados solos descubren que hay habitantes del lugar que tienen un plan siniestro con respecto a cualquiera que pase por allí. Sin ayuda de nadie, deberán enfrentarse a una conspiración que puede terminar con sus vidas. Una historia ya conocida, llena de referencias cinematográficas, pero a la vez con un espíritu anárquico e irreverente que mezcla comedia con escenas truculentas y bastantes drogas.
Homenajea a Trainspotting (1996) cada vez que puede y hereda de otro clásico, The Wicker Man (1973) varios elementos. También tiene mucho de las comedias del equipo de Hot Fuzz (2007) dirigida por Edgar Wright y protagonizada por Simon Pegg y Nick Frost. La irreverencia es la marca que distingue a esta comedia con discursos claros pero no solemnes contra el poder. La simpatía promedia para arriba un título que de todas maneras es bastante desparejo.