Cine Clasico

Glen o Glenda

De: Ed Wood

Muchos espectadores del mundo conocen Glen o Glenda (Glen or Glenda, 1953) dirigida y protagonizada por Ed Wood gracias a la biografía cinematográfica Ed Wood (1994) dirigida por Tim Burton donde se da cuenta de los pormenores de esta la ópera prima de este realizador impar. Muchos cinéfilos amantes de las películas raras, ya la conocían de antes, cuándo fue elegida por muchos como la peor película de la historia del cine mundial. Lamentablemente, dicho trono lo perdió con el tiempo cuando Plan 9 del espacio sideral (1957) fue ganando fama. ¿Glen o Glenda dejó ser la peor película de la historia porque es mejor o peor que Plan 9 del espacio sideral? Esos son los grandes temas que deberían ocupar a la opinión pública. Pero al ser ambas del mismo director, está claro que es Ed Wood el motor que mueve a estas calificaciones despectivas y positivas a la vez.

Como siempre pasa con Ed Wood, hay elementos muy atractivos, arriesgados y llenos de locura, pero a la vez hay una torpeza y una pereza para resolver ciertas cosas que hace que su cine sea querible e indefendible al mismo tiempo. Sin embargo, hay que decirlo, Glen o Glenda tiene más material positivo que negativo y califica de película de autor en el sentido más estricto del término. Qué sea una especie de docudrama, una película de explotación y un film autobiográfico la vuelve todavía más querible. ¿Quién se atreve a mezclar esas cosas? El ciudadano (1941), El botones (1960), Robo, huyo y lo pescaron (1969) podrían ser tres óperas primas que desnudan la esencia de su realizador, pero en ninguno de los casos se llega a donde llega Ed Wood acá. Pero, aunque suena raro, la ópera prima que más se parece a este largometraje es Eraserhead (1977) de David Lynch. Ed Wood hace una película como ninguna otra y habita un universo cinematográfico solitario que sólo puede llevar su nombre.

¿De qué trata Glen o Glenda? Básicamente es la historia de un hombre que disfruta usar ropa de mujer siendo heterosexual. El travestismo ha sido moneda corriente en la historia del cine desde sus inicios, habiendo ejemplos de hombres y mujeres vestidos como el sexo opuesto con fines artísticos, mayormente en comedias, pero no siempre. El protagonista de Glen o Glenda, el propio Ed Wood que figura con seudónimo, le oculta al mundo el placer de vestirse como mujer, tanto dentro de su hogar como fuera de él. Uno de los grandes dilemas es como se lo dice a su prometida (Dolores Fuller), a la que ama sin reparos. Pero la otra historia del largometraje es la de una persona transexual que cambia de sexo y se convierte en portada de los diarios. Dicha historia se inspiraba en un caso de ese momento, el de Christine Jorgensen, conocida por ser la primera persona en haberse hecho una cirugía de cambio de sexo exitosa en 1952. Aunque ese dato es inexacto, sí está claro que fue el primer caso mundialmente famoso. Bueno, Glenda o Glenda tiene a estos dos personajes, Glen (o Glenda) y Alan (luego Anne) lo que es una verdadera revolución en la historia de la cultura popular cinematográfica. La película, con todos sus defectos, se adelantó tanto a su época que aún hoy hay quienes no llegaron al nivel de comprensión y aceptación de travestis y transexuales que la película tiene.  

Si fuera todo esto, sería una joya de la historia del cine, pero en manos de Ed Wood, esta producción filmada en menos de una semana es mucho más, para bien o para mal. Empecemos por Bela Lugosi, cuyo personaje es, en teoría, un científico, pero también podría ser un espíritu o una deidad de travestis y transexuales. El propio Lugosi no estaría de acuerdo con esto último, pero estaba quebrado y aceptó el papel que su nuevo amigo Ed Wood le ofreció. Insólitamente, no tiene ningún sentido este hombre que aparece sentado leyendo un gran libro y hace algunos experimentos. Si lo sacaran completo de la película todo funcionaría igual, pero no sería una película de autor, al menos no de este autor. Pero hay más. La voz en off es del Dr. Alton (Timothy Farrell), quien le cuenta a un inspector de policía (Lyle Talbot) ambas historias. Son ellos los que unen todo, al menos todo lo que queda unido. También hay un material de archivo que mezcla escenas de la calle, autopistas, búfalos y rayos, todo repetido en diferentes momentos y con lógica imposible de rastrear. Pero sí, hay más, una larga escena onírica, una pesadilla con diferentes viñetas sexuales, cada una mostrando distintas conductas. La realización de estas no fueron obra de Wood, sino del productor, que intentó agregarle algo de picante al producto imposible que Ed Wood le había entregado.

La gracia extra de la película es que en la vida real Ed Wood pasaba por el mismo fetiche que su protagonista y disfrutaba vistiéndose de mujer. Así, sin dudarlo, puso eso en su primer largometraje. Qué no haya sido el último habla de la insistencia y el optimismo del director.  Su carrera se apagaría bastante pronto y su obra, luego de un puñado de títulos queribles, se volcaría más al cine semi pornográfico mientras Wood caía en el alcoholismo. No logró ver con sus propios ojos la grandeza que alcanzaron sus títulos y la inmensidad de su legado. Sin ironía, David Lynch dice que Glen o Glenda es una de sus películas favoritas y la homenajeó en Eraserhead. Su falta de filtro le abrió las puertas a muchos directores y los temas de este largometraje en particular fueron de avanzada, incluso en la simpleza para tratarlos. No sé si tiene mucho mérito decirlo así, pero Glen o Glenda es la mejor película de Ed Wood.