Una de las máximas rarezas de Netflix es crear productos locales que no parezcan productos locales. En el caso de la India las películas tienen algunos pequeños ingredientes de su cine pero principalmente están lavadas para no tener ninguno de los elementos singulares que son su mayor encanto. ¿Por qué querríamos ver cine de género estilo occidental hecho en la India si se hace mucho mejor en otros países? En un lugar de un buen masala –el multigénero propio de Bollywood- nos ofrecen aquí una película de terror en cuatro episodios que apenas si consigue tener algunos momentos rescatables y originales.
Historias de fantasmas son cuatro historias que en total sumando dos horas y veinticuatro minutos de largometraje. La primera es la historia de una joven que debe cuidar a una anciana en su departamento. Pero cuando llega la mujer está sola, a pesar de afirmar una y otra vez que está con su hijo. Al estar al comienzo el interés es mayor y la concentración también. El remate no es particularmente brillante pero cierra con el concepto de la película.
La historia trata de un joven que cuida a su pequeño sobrino. Cuando queda embarazada el sobrino siente celos por el bebé por nacer y la mujer comienza a tener pesadillas, volviéndose cada vez más paranoica. El concepto de fantasma es aquí por lo menos dudoso y la historia filmada en blanco y negro produce un terror más cercano al asco que al sobresalto. Tiene elementos de una de las historias de Amores perros y de El bebé de Rosemary. El niño como personaje malvado no termina de funcionar.
La historia tres tiene grandes momentos, aunque claramente la historia se parece a muchas otras contadas por el género en los últimos años. Un hombre llega de noche a un pequeño pueblo que parece abandonado. Solo hay una niña y un niño que le dicen que todos en el pueblo han sido devorados por el padre de la niña, un concejal de la ciudad. El hombre se niega a creerles, hasta que a la mañana siguiente ve una mujer zombie antropófaga en las calles desoladas del pueblo. Este episodio es el que tiene mayor suspenso, algunas escenas truculentas y un remate ingenioso pero su mayor interés radica en su claro contenido político.
El cuarto episodio es el mejor encaja con el concepto de historias de fantasmas. Una joven accede a un matrimonio arreglado con un joven apuesto y simpático y ambos viven en la enorme casa que construyó la abuela de él, ya muerta hace años. Pero la familia parece ser algo excéntrica y finalmente ella descubre que su marido habla todo el tiempo con la abuela muerta. Pronto descubrirá la terrible verdad que se oculta en la casa y con respecto a la muerte de la abuela. Si bien no es el terror lo que domina acá, el remate de la historia está bastante bien y es lo más sólido del cuarteto.
Un clásico film en episodios con fórmulas conocidas y muy poco terror. Tampoco las historias logran tener el desarrollo completo como para poder apreciar cada uno de los cuentos. Los más parecidos al cine de la India son los episodios tres y cuatro, pero una vez más Netflix le ha quitado el corazón a una de las cinematografías más raras del mundo. Por suerte el catálogo del streaming tiene una larga lista de películas hechas en la India, incluyendo algunos clásicos de los últimos veinte años.