UN CUENTO DE HADAS PARA VOLVER A ASOMBRARSE
Acá lo hemos conocido como Jack y las habichuelas mágicas (ó las habas). Se trata de un cuento anónimo de origen inglés que pertenece a la más pura tradición del cuento de hadas. Durante años se la adjudicó equivocadamente a Hans Christian Andersen, pero como bien lo demuestra esta película, el relato corresponde a la historia británica y así ha sobrevivido a lo largo de los siglos.
Jack el cazagigantes es una versión cinematográfica moderna, que participa de esta moda de actualizar los cuentos de hadas para transformarlos mayormente en films de acción. Sea cual fuera su intención en este caso, la verdad es que estamos frente a una película que logra conservar el encanto de los cuentos originales a la vez que ofrece una producción enorme y espectacular. Para los que lo recuerdan, la película tiene la misma base que el cuento, es decir que Jack intercambia por su caballo (en el cuento suele ser una vaca) por las habas mágicas y estas al brotar se elevan al cielo, donde hay un enorme castillo donde habita un gigante que poseé un enorme tesoro. Acá lo único que cambia es que hay muchos gigantes y el tesoro no es el centro de la trama. Interesante e importante cambio por parte de los realizadores del largometraje. Acá lo que tiene mayor importancia es que Jack valiente y caballeresco, es un genuino héroe desinteresado. Su nobleza es su máximo tesoro. Hay una princesa que podría casarse con alguien que no quiere, hay un rey y hay unos leales caballeros que darían su vida por su rey y su princesa. El director de esta película es Bryan Singer, el mismo de Los sospechosos de siempre, X-Men, Operación Valquiria y otros títulos. El guionista es Christopher McQuarrie, guionista que trabajó varias veces con Singer y director de Jack Reacher. En la combinación de ambos y de un excelente elenco está el secreto de la efectividad de la película. Hay momentos asombrosos, de esos que le permiten al espectador volver a sorprenderse con el cine. Está en eso el encanto de Jack el cazagigantes, más allá del despliegue tecnológico que hoy todos los films permiten y que no siempre eso los hace mejores. Atentos al final, porque si todo cuento de hadas encierra muchas veces una enseñanza moral, la que aquí aparece es interesante y va mucho más allá de los bienes materiales. No tomemos esto como un dato menor, porque otra característica de esta película es su ausencia de cinismo y su genuino elogio del coraje y la lealtad como grandes valores humanos. Hay muchos directores que se suman a las modas porque quieren estar en el centro del mercado, pero al ver Jack el cazagigantes se respira una genuina intención de contar un clásico y a la vez moderno cuento de hadas.