Jackass por siempre no es una película graciosa. La fórmula que pasó de la serie al cine está completamente agotada. Necesita demasiada complicidad e indulgencia de los espectadores para forzar risas. Su extraño formato de documental slapstick que mezcla gags armados con el registro de estos es digno de estudio. Lo que un comediante hace con muchos ensayos, protección y dobles, los protagonistas de Jackass lo hacen de forma estructurada pero librados al azar, con mucho margen para que todo salga mal e incluso con la esperanza de que esto ocurra. Como nunca, la nueva película se ve artificial y en muchos momentos no consigue ser mínimamente creíble. El mundo ha cambiado y ya no son tan efectivos los trucos del grupo.
Pero hay cosas que no deben ser pasadas por alto. La propuesta extrema que tiene la película tal vez no lo sea tanto, pero el cine está tan retraído y asustado que este grupo salvaje -sea gracioso o no- expone temas y situaciones que el cine evita sistemáticamente. Los cuerpos, el dolor, los fluidos, la deformidad, los vómitos y el excremento como algo que existe y que el cine siempre evita o lava para que no sea tan chocante. La cámara lenta expone lo que el mundo quiere esconder, el grupo es bastante ecléctico y sus cuerpos no son particularmente bellos. Muchos de ellos son una pandilla de freaks, dicho esto en el término cinematográfico. Hay un grupo de pertenencia que los contiene y los hace ser parte. Ellos se divierten muchísimo más que los espectadores, no hay duda alguna.
Parte del delirio es ver como se exponen a morir en una prueba pero luego se los ve con barbijos, algo que no puede ser casual. La inclusión de una mujer tiene autenticidad nula y la prueba es que no pueden excederse en las pruebas de las que ella participa. Aunque por algún motivo las mujeres viven más, claro. No existe, sin embargo, algo más allá de lo que se ve. Este ensayo sobre la comedia física es más interesante que divertido y más curioso que gracioso. Una cámara oculta en el año 2022 es aún más estúpida de lo que era hace veinte años atrás. Y las bromas pesadas de común acuerdo es un asunto de ellos. Como idea del humor, es bastante violenta y desagradable. Jackass por siempre, tiene sus momentos y me alegra mucho que sigan siendo amigos, al menos frente a la cámara. Johnny Knoxville tiene carisma, como lo ha demostrado en sus películas como actor, pero ya está cansado y se nota en cada escena, donde básicamente actúa alegría y diversión. Tan forzado que da vergüenza.