Juicios mediáticos (Trial by Media) es una docuserie estrenada en Netflix en mayo del 2020, esta temporada inicial consta de seis episodios de aproximadamente una hora cada uno. Cada uno de ellos cuenta un caso policial que se convirtió en un fenómeno mediático, afectando en mayor o menor medida el rumbo del caso y el destino de las personas involucradas en cada uno de los incidentes narrados en las historias elegidas. La serie toma casos diferentes entre sí. Algunos tienen algo de humor, otros son completamente siniestros y sin el menor atisbo posible de ligereza. La serie está producida por George Clooney y Grant Heslov, productores de varios films dirigidos o protagonizados por George Clooney, así como también de Argo, del film ganador del Oscar a mejor película. El contenido de sus producciones suele tener un fuerte contenido político.
Episodio uno: El asesinato de Scott Amedure saca a la luz la falta absoluta de ética de los shows televisivos consistentes en exponer a la gente frente a las cámaras para obtener rating. The Jenny Jones Show fue uno de esos programas donde a alguien se lo invitaba y se le contaba un secreto al aire. Ese secreto solía ser humillante y los exponía al ridículo o a la angustia frente a las cámaras. Cientos de peleas, insultos y escándalos se sucedían en varios de esos programas, todos exitosos. Gran parte de lo que ocurría ahí tenía la complicidad de los invitados, excepto el que se llevaba la sorpresa, que podía o no tener algo de idea de lo que iba a ocurrir. En un episodio dedicado a confesiones románticas, Scott Amedure invitó a su amigo Jonathan Schmitz para confesarle su deseo sexual hacia él. Tres días después Schmitz lo asesinó. El programa no salió al aire pero la cobertura del juicio expuso el material.
Episodio dos: Nueva York, 1984. Años de inseguridad en las calles y en el subte de la ciudad. Una noche un Bernard Goetz es intimidado por cuatro jóvenes negros y frente al temor a ser asaltado dispara todas las balas de su Smith & Wesson 38. El llamado “subway vigilante” divide a la opinión pública. La gente harta de la inseguridad por un lado, los que reclaman un asunto de racismo en el medio y los medios que aprovechan todo lo que pueden de todos los bandos. Como todo caso, las revelaciones van torciendo la opinión de la gente. Un ejemplo perfecto de caso mediático.
Episodio tres: El joven de origen africano Amadou Diallo muere acribillado de cuarenta y un disparos por la policía de Nueva York en la puerta de su propia casa. El caso provocó enorme controversia y la madre del joven se convirtió en activista contra la violencia policial. El capítulo muestra la estrategia de los abogados de los policías para intentar cambiar lo que parece un veredicto sin discusión posible.
Episodio cuatro: Un juicio por violación provoca un debate sobre los casos judiciales televisivos. La historia de una joven en New Bedford, Massachusetts, violada en manada, con dos testigos que no hicieron nada e incluso alentaron a los atacantes. El hecho ocurrió en 1983 y el juicio fue televisado por CNN. A pesar de las precauciones que se habían tomado para proteger la identidad de la víctima su nombre quedó expuesto en televisión y originó consecuencias fuera de control. La reacción contra la víctima y las marchas en favor de los acusados fueron también escandalosas. Este evento inspiró la película Acusados (The Accused, 1988) protagonizada por Jodie Foster y Kelly McGillis.
Episodio cinco: El ex CEO Richard Scrushy es atrapado por lavado de dinero y fraude. El tribunal federal en Birmingham y el CEO de HealthSouth en uno de los episodios más raros de la serie. Un abogado del lugar, la estrategia del acusado de acercarse a la comunidad negra y volcarse a la religión, haciendo grandes donaciones y hasta teniendo un programa de valores religiosos para ir limpiando su imagen antes del comienzo del juicio. Una perla tras otra en este capítulo.
Episodio seis: El caso del gobernador de Illinois, Rod Blagojevich y el escándalo de corrupción en torno a su gobierno. Un personaje mediático que subió rápido al poder y que se encontró en medio de una tormenta de medios que él mismo decidió explotar antes y durante el juicio en torno a sus acciones como gobernador. Para Argentina es algo asombroso que un gobernador corrupto deba responder así frente a la justicia, pero aun así se entiende perfectamente como con ser mediático no alcanza para conseguir el favor de la gente o los medios. Y la irrupción de Donald Trump como personaje en esta historia no está para nada forzada, al contrario.
La variedad de los temas le da a la serie una gran dinámica, no agota nunca cada uno de los crímenes que analiza e incluso deja con ganas de saber más. Es por momentos algo superficial y se le escapa en algunas ocasiones la agenda política de los productores. Sin embargo el material de archivo es, como siempre en estas series norteamericanas, impecable y las entrevistas tienen varios hallazgos memorables. Son seis casos, pero sabemos que la serie podría tener muchísimos más sin problema alguno. Veremos cómo sigue.