Krakatoa: Al este de Java (1968) es una de esas películas más famosas por su nombre que por el recuerdo de la película en sí. Para muchas generaciones escuchar Krakatoa viene con el resto del título de la película automáticamente. Este film de cine catástrofe tiene varias curiosidades que abonaron a esa fama. En primer lugar la fecha en que fue realizada. De alguna manera su estreno mundial en 1969 fue el puntapié inicial para un furor del cine de ese género que dominaría una gran parte de la taquilla de la década siguiente. Su impacto se mantuvo con los años y encontró en la televisión un refugio que la volvió una de las películas favoritas del público en ese formato.
La película fue concebida para el formato Cinerama. Este proceso de filmar con tres cámaras sincronizadas y proyectadas por medio de tres proyectores de 35 mm trabajando en igual sincronía era costoso y poco después del estreno de esta película cayó en desuso. Hay varias versiones de la película pero la que podemos ver hoy solo tiene un registro del Cinerama en la presentación, donde la pantalla dividida en tres partes muestra cómo se vería. El resto fue restaurado de otras versiones. La duración que se puede conseguir hoy es de 131 minutos, más larga que la del estreno, pero menos ancha también.
La historia se está lejanamente inspirada en los acontecimientos que rodearon la erupción del volcán en 1883 en la isla de Krakatoa. Los personajes protagónicos viajan hacia un naufragio para recuperar un cargamento de perlas, pero están peligrosamente cerca del volcán. El Batavia Queen, bajo el mando del Capitán Chris Hanson (Maximilian Schell), lleva a bordo pasajeros y carga, incluyendo una campana de buceo y un globo aerostático. Entre los pasajeros que llegan a bordo están Douglas Rigby (John Leyton), el diseñador, propietario y operador de la campana de buceo; Giovanni Borghese (Rossano Brazzi) y su hijo Leoncavallo (Sal Mineo), quienes poseen y operan el globo; Harry Connerly (Brian Keith), un buzo; La amante de Connerly, Charley Adams (Barbara Werle), soprano profesional y ex anfitriona de un salón; cuatro mujeres buzos japoneses de perlas dirigidos por Toshi (Jacqui Chan); y Laura Travis (Diane Baker), una mujer casada que tuvo una aventura extramatrimonial con Hanson en Batavia.
Como se ve, el clásico grupo con conflictos para armar la historia previa al gran evento por el cual todos los espectadores se han sentado a ver la película. Para complicar las cosas, el gobierno le pide al capitán que lleve 30 presidiarios y los deje en la isla prisión de Madura cuando todo termine. Nadie se sorprenderá de los muchos conflictos que el film tenga a partir de ese agregado, claro. Como suele ocurrir con este género, el volcán será protagonista en el último tercio del film, dejando primero mucho espacio para que todo se vaya desarrollando con los personajes. Lamentablemente la película no tiene la precisión o habilidad narrativa de otros films de cine catástrofe y se pierde en algunas sub tramas sin demasiado éxito.
Pero sí es espectacular y dramática a medida que se acerca el final. Tuvo un éxito limitado por lo comentado antes y se reestrenó una década más tarde con el nombre de Volcano, para subirse al éxito que la propia película había provocado en el género. Cambiarle el título fue también una medida para evitar el estigma que la acompañó siempre. Krakatoa no está al este de Java, sino al oeste, lo que se supo antes del estreno, pero los productores no quisieron invertir rehacer toda la campaña de nuevo, cambiando afiches y demás. Pensaron, con cierta lógica pero igualmente equivocados, que al este daba la idea de lejano y exótico, mientras que oeste remitía a otro género. Los críticos no dejaron pasar este detalle y se hicieron una fiesta con el error del título.
En la película Había una vez… en Hollywood (2019) aparece en la cartelera del Cinerama Dome Krakatoa: East of Java un homenaje extra a la película, siempre presente en la memoria con su impactante pero equivocado título. A veces el cine debe tomarse algunas libertades y el cine catástrofe es, en ese sentido, uno de los géneros que más se divierte con los disparates.