Marcos Roldán (Carlos Portaluppi) es un enfermero que trabaja desde hace muchos años en la misma clínica en el turno nocturno dentro del pabellón de terapia intensiva. Marcos tiene bajo control la situación y en algún aspecto hace lo que quiere. Pero llega Gabriel (Ignacio Rogers), un enfermero más joven y entusiasta, que cambiará toda la rutina y el secreto que Marcos guarda podría quedar expuesto. Gabriel se muestra amable, demasiado amable, en un comienzo, pero esa es la manera de entrar en confianza, luego mostrará su verdadero juego y tendrá el destino de Gabriel en sus manos.
Esta narración claustrofóbica que cuenta un vínculo perverso y peligroso, es lo que hace de La dosis una película diferente al promedio del cine nacional, con un guión inteligente y una idea de lo que se quiere contar que nunca es perezosa o desganada. Se nota el deseo de construir un mundo y contar una historia. Con recursos muy simples, la película logra un clima y contar una historia.