La escuela secundaria Manuel Mujica Láinez de Villa Lugano, está ubicada en un lugar donde se registran los mayores índices de pobreza de la ciudad de Buenos Aires. Durante todo un año se filmó el día a día de un taller escolar con jóvenes, trabajando en el armado de un mapeo colectivo del barrio. A través del registro minucioso se construye la vida interna propia del aula, al mismo tiempo que surgen las problemáticas externas que viven los estudiantes.
La película tiene como gran mérito mostrar el debate de los alumnos que, más allá de la bajada de línea obvia y si matices, de verdad exponen puntos de vista. Es más sincero el debate de esos alumnos que las discusiones políticas de políticos y cineastas que no son capaces de ver las cosas desde un punto de vista honesto y sincero. Hay diferentes puntos de vista de verdad, expresados con respeto, mostrando que no son tan sencillas las cosas cuando la realidad se vive de primera mano, sin especulaciones ni agendas.
Se podría decir que la película no consigue a lo largo de toda su extensión la complejidad de esos debates, pero permite que esos debaten estén, lo que ya es un avance para los documentales políticos argentinos, más afectos a confirmar sus certezas previas que a encontrarse con algo novedoso o fuera de lo buscado al inicio del proyecto. El rescate de esos adolescentes más allá de cualquier prejuicio es el gran logro de la película.