La guerra del mañana estaba planificada para ser un estreno de cine, pero la pandemia la dejó fuera de juego y por doscientos millones de dólares fue vendida a Amazon Prime Video. En salas o en streaming, la película habita es ese espacio de confusión narrativa de las grandes producciones actuales. En algún lugar del camino se olvidaron de como contar una historia y aunque parezca ya un lugar común, está claro que esta clase de cine ha caído mucho en la última década. Algunas tienen momentos inspirados, otras son una calamidad de punta a punta. La guerra del mañana no califica ni para el enojo ni para el disfrute.
Diciembre del año 2022. Durante la final del mundial de fútbol de Qatar un ejército del futuro que ha viajado en el tiempo aparece en medio del campo de juego para entregar un mensaje de alerta. La humanidad está perdiendo la batalla contra una especie alienígena. Estos enviados piden a la humanidad que comience a reclutar soldados para cambiar el destino de esa batalla por el destino del planeta.
Dan Forester (Chris Pratt) es un padre de familia y profesor que lleva una vida normal y vive en un barrio residencial junto a su hija y su esposa. Sus frustraciones personales quedan de lado cuando se recluta para formar parte de ese ejército que intentará salvar a la humanidad. Pero los viajes en el tiempo implicarán conflictos con su propia vida para los que tal vez no esté preparado.
La película se mueve sin ningún empacho por docenas de ideas sacadas de otros títulos y es justamente debido a eso que ni el humor, ni la emoción, ni la acción resultan interesantes o sorprendentes. El carisma de Chris Pratt ayuda a sostener algunos momentos y un par de escenas de acción consigue que alguien se despierte si se ha quedado dormido. Ya vimos esta película y mejor, muchas veces.
Para completar el combo, las más complejas decisiones e ideas acerca de un conflicto universal que fue estudiado por años se toman cuando el protagonista y su esposa charlan una noche en la casa. Lo que el mundo no pudo entender, ellos dos lo comprenden en un segundo. Es uno de los varios momentos accidentalmente graciosos de esta película fallida que encuentra en el streaming su lugar ideal para recostarse en un rápido olvido.