Quinn, una joven enfermera, descarga una aplicación para su smartphone llamada ‘Countdown’, que puede predecir el momento exacto en el que una persona va a morir. Es un chiste entre amigos que no parece ser gran cosa. Pero cuando muere la primera persona en el tiempo que la aplicación predijo, la protagonista comienza a preocuparse en serio, porque solo le quedan tres días de vida.
La película tiene una premisa original que funciona por haberle encontrado la vuelta al tema del destino marcado que aparece en muchos films de terror recientes. La primera media hora consigue atraer al espectador a medida que le va sumando ingredientes y personajes que hacen avanzar muy bien la trama.
Si el uso de las aplicaciones para disparar la historia muestra gran astucia de los realizadores, el poner un médico acosador sexual le aporta un conflicto extra que complica todo para la protagonista y muestra una actualidad absoluta. La inclusión de estos temas que a veces parece forzada, acá es un ingrediente extra no muy lejano a la paranoia y la angustia del cine de terror.
Y para finalizar un par de secundarios que le suman excelentes chistes y un importante sentido del humor. La solemnidad no se apodera de la película a pesar de todo lo mencionado gracias a ello. Efectiva, divertida y graciosa. Sin grandes estridencias, la película cumple.