La inglesa (The English) es una miniserie británica de seis episodios protagonizada y producida por Emily Blunt. Su creador, el guionista y director Hugo Blick, es el mismo de The Honourable Woman (2014) y Black Earth Rising (2018). Se trata de un western dramático ambientado en el año 1890, cuya protagonista es Cornelia Locke (Emily Blunt), una mujer inglesa que llega a Estados Unidos con la misión de matar al hombre que ella considera responsable de la muerte del hijo de ella. Claramente se trata de un western revisionista que incluye un cuidado estético más cercano al cine que a las series.
El primer episodio es realmente sorprendente. Allí conocemos a los dos personajes centrales: Cornelia, la joven rica que de forma imprudente se lanza a una aventura mucho más compleja de lo que creía y Eli Whipp (Chaske Spencer) un indio pawnee que acaba de ser despedido del ejército y busca regresar a su casa para reclamar sus tierras. El destino cruza a estos dos personajes unidos por sus pérdidas y su dolor, así como también una decencia poco frecuente en estos espacios todavía alejados de la civilización. El salvajismo violento del oeste, una marca particularmente notable de los westerns del siglo XXI se hace presente al inicio de la serie para conseguir el impacto que despierte a los espectadores. No es una serie más, aunque el primer episodio sea superior al resto.
Hay series con diferentes planteos estéticos y La inglesa figura entre las que tienen un interés visual que la separa de la mayoría. El western es un género de espacios abiertos que permite jugar en lo visual en cada plano, algo que La inglesa usa como carta de presentación. El primer episodio también tiene una fuerte carga dramática, llena de violencia y suspenso. Si la suerte de una miniserie o serie se juega en su episodio inicial, esta va a buscar todo y consigue una tensión muy lograda, apoyada por sus grandes protagonistas y varios secundarios de lujo.
El creador de la serie, Hugo Blick evidencia en cada momento su condición de seguidor del western. Los títulos son directamente un homenaje a los films de Sergio Leone, así como también varias resoluciones a lo largo de los episodios. No es raro entender el motivo por el cual la serie está filmada en España, en las locaciones clásicas del western spaghetti. Pero no solo son modernas las referencias, la serie tiene enorme respeto por la tradición del género en total. Aunque se vea moderna en muchos aspectos, es un western hecho y derecho.
También hay un trasfondo romántico en todo el espíritu de la historia. No solo por la posible aparición de una historia de amor, sino por la de la historia, las pasiones y los espacios donde estos sentimientos se desarrollan y se elevan aún más. Una fuerte carga melodramática propia de los westerns más inusuales del género, no solo en la actualidad sino en todas las épocas.