Si La médium fue un fenómeno espectacular en Tailandia, si la gente se asustaba tanto que algunas salas dejaban la luz prendida en las funciones, todo es parte del marketing y el anecdotario. La película cumple con todos los hallazgos pero también los vicios del género película encontrada que tanto éxito ha tenido desde The Blair Witch Project y cuando agotamiento ya se dio hace dos décadas. Acá la novedad es que todo transcurre en Tailandia y por lo tanto hay un margen de credibilidad renovada por todo el costado religioso y las costumbres menos conocidas en occidente. La película finge ser un documental sobre el chamanismo en Tailandia. En una localidad rural, los documentalistas muestran la vida cotidiana de una médium espiritual de la localidad, Nim Tonvali, quien declara estar poseída por el espíritu de la Diosa Bayan. Todo cambia cuando una joven familiar de Nim empieza a mostrar comportamientos inusuales cada vez más perturbadores. Los documentalistas entonces se enfrentan a un terror sobrenatural que los pone en peligro.
The Medium dura dos horas y casi hasta la mitad de su relato parece más un documental etnográfico que una película de terror. Tal vez en Tailandia tenga un enorme peso dramático, pero aquí es solo un prólogo tan extenso que derrumba cualquier interés. La película se ingenia para que las imágenes no sean solo el registro documental sino también, por ejemplo, cámaras de seguridad que completan el relato. Pero para cuando llega lo mejor de la película, ha pasado ya demasiado tiempo. Si se consigue pasar por alto los lugares comunes insostenibles del género, entonces se puede sentir verdadero terror. La película se las ingenia, a pesar del tiempo perdido, para tener todas sus mejores escenas en el clímax de la película. Es demasiado tarde y tampoco son las escenas más originales del mundo, aun cuando traen algo de novedad al estilo narrativo del concepto de película encontrada.