Elías (Oscar Martínez) y Adriana (Paulina García) llevan casados 35 años. Ella es cocinera profesional y las finanzas de él no pasan por un buen momento, al igual que la relación entre ambos. Cuando Adriana aparezca muerta todas las sospechas recaerán en Elías. Será entonces cuando la relación con su hija Carla (Dolores Fonzi) y el marido de esta, Santiago (Diego Velázquez), comience a tensarse cada vez más.
Tanto el nivel de los actores, claramente de lo mejor que se puede ofrecer en el cine argentino, como el trabajo de puesta en escena son de calidad. Un film profesional, prolijo, tenso. Parece tonto aclararlo, pero los film argentinos que parecen alcanzar este resultado no llegan ni a ser la mitad de los que se estrenan.
El guión va dando vueltas, reconstruyendo de forma prolija y efectiva que fue lo que pasó realmente cuando Adriana murió, y aunque la película no es ninguna obra maestra, no se le puede reclamar falla alguna o detalle de mala calidad. Cine de suspenso y drama muy bien realizado.