Martín Rejtman es un autor cinematográfico en el sentido más puro del término. Su obra ha sido copiada e imitada, incluso de forma no intencional, ya que su presencia en el cine argentino de las últimas tres décadas es insoslayable. Es fácil reconocer una película dirigida por Martín Rejtman o influenciada por él. Sus personajes actúan de manera casi mecánica, con diálogos sin histrionismo, dicen sus diálogos de forma veloz, seca, pegados unos a otros como si no llegaran a pensar las respuestas. Por un lado puede parecer muy artificial, pero por el otro está más cerca de la comedia americana clásica que la mayoría del cine argentino.
La práctica (2024) tiene como protagonista a Gustavo y a Vanesa, ambos profesores de yoga. Ya no hay forma de salvar la pareja que formaban y se separan. Ella es chilena, él es argentino, ambos viven en Chile. Ella se queda con la casa y abandona el estudio que compartían. Él se queda sin casa, a la deriva, y para peor se lesiona una rodilla. El beneficio físico y mental que debería producir la práctica del yoga no parece producir nada positivo en él, que se ve envuelto en toda clase de situaciones incómodas o inestables. Gustavo deberá afrontar una crisis existencial y al mismo tiempo lidiar con su madre, quien desde Buenos Aires parece querer controlar su vida.
La práctica es una comedia. Una comedia de Rejtman. Es verdaderamente graciosa para quienes aceptan sus códigos y demasiado rara para quienes no quieren moverse en ese mundo. Pero es una comedia a pesar de todo. A pesar, claro, de ser también un drama y estar llena de angustia. Como ocurre con otros cineastas del mundo, el acercamiento inicial puede verse como un mundo absurdo, inverosímil y poco realista. Pero de esas tres cosas, solo las dos son ciertas. El mundo es absurdo e inverosímil, eso lo dice también Rejtman con absolutamente convicción. Pero su cine no es poco realista, al contrario, es más parecido a la realidad que el cine habitual que consumimos. De lo que se aleja es del realismo cinematográfico y la forma en la cuál se ha construido el mundo en la pantalla. Rejtman muestra temas cotidianos, reales, que no le son ajenos a nadie, pero lo hace con su cine personal, parecido a nadie, aunque se haya convertido en referente de muchos. El cine de Martín Rejtman.