DEMONIOS EN LA CABEZA
Todo lo bueno que se puede decir de La Reencarnación es la búsqueda de darle una vuelta de tuerca al tema de los exorcismos. Sacándole de plano cualquier connotación religiosa, el protagonista pelea su propia batalla sin bajada de líneas vinculadas con ningún dios. Eso es lo nuevo, pero no le alcanza. El doctor que protagonizada la historia, e interpretado por Aaron Eckhart, saca los demonios que atormentan a los poseídos entrando en la mente de las víctimas y peleando en esa realidad paralela para salvarlos. Su búsqueda en el relato no es del todo generosa, ya que él está buscando a un demonio en particular, aquel que inició la mayor tragedia de su vida. Si bien el film no cae en muchos de los más aburridos lugares comunes del género, tampoco es que esto lo convierta en algo bueno. En el abultado catálogo de películas de terror que vemos año tras año, La reencarnación tiene muy pocas chances de destacarse o ser recordada.