La sociedad de la nieve (Estados Unidos/España, 2022) es un largometraje de J. A. Bayona, el realizador de El orfanato (2007), Lo imposible (2012), Un monstruo viene a verme (2016) y Jurassic World: El reino caído (2018). Cuenta la historia del accidente del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya y los eventos conocidos como La tragedia de Los Andes o El milagro de Los Andes. Una historia que conmovió al mundo y que siguió estando muy presente en Uruguay, Argentina y Chile hasta el presente. Cómo ocurre con muchos otros hechos de la historia, este despertó el interés de muchos, por lo que se realizaron tres largometrajes de ficción, varios documentales y una enorme cantidad de libros, algunos firmados por los sobrevivientes. El debate inicial acerca de la antropofagia -la forma en la cual lograron mantenerse con vida- se fue apagando luego de un rechazo inicial. Pero la historia vuelve hoy con más fuerza que nunca por el estreno de esta película.
La sociedad de la nieve, excelente título, abarcador, completo y representativo de los temas que rodean a la tragedia, es la adaptación de uno de los libros y busca, más que los otros largometrajes anteriores, dar la versión más realista de los hechos. Por suerte, y como siempre, el cine es cine y la ficción es ficción, sin la esclavización que supone siempre basarse en eventos reales. No sería justo ni relevante comparar la realidad, las películas y los libros, aunque siempre es una opción atrapante para quienes vean aquí un hecho que quieran conocer a fondo. Los hechos históricos son siempre un apasionante objeto de estudio. Igualmente, las películas deben defenderse solas, los temas tratados en La sociedad de la nieve alcanzan y sobran para empezar y terminar con la película.
Las anteriores películas de ficción realizadas sobre el tema son Supervivientes de Los Andes (México, 1976) de René Cardona y ¡Viven! (Alive!, Estados Unidos, 1993) de Frank Marshall. La película mexicana era una producción de bajo presupuesto, de trazo grueso, pero hecha tan cerca de la tragedia que tuvo un gran impacto. No sólo se estrenó en México, sino que una versión doblada al inglés fue un éxito en Estados Unidos y otros países. La versión de Frank Marshall, protagonizada por Ethan Hawke y otros actores conocidos, también tuvo una buena repercusión, de público y crítica. Los amantes de la patria verosímil le podrán reclamar a estos films el estar hablando en castellano completamente mexicano y en inglés en el otro, pero eso no es lo más importante. ¡Viven! Sigue siendo una gran película, mejor desde lo cinematográfico que La sociedad de la nieve. Las tres, juntas, demuestran que pueden hacerse diez películas más, cada una realizando pequeños cambios o priorizando algunas situaciones sobre otras.
La sociedad de la nieve elige darle a la película un prólogo un poco más largo y un cierre más completo. Se basa en el libro del escritor Pablo Vierci, también productor del film. No nos olvidemos que, más allá del profundo contenido humano, también hay un comprensible interés comercial en explotar de todas las formas posibles que, incluso, tuvo una obra de teatro. Bayona, como cualquier otro director, narra desde la época en la que vive. Elige la narración clásica, el realismo más puro aunque lo más pudoroso posible, y explora la simbología religiosa más en imágenes que en diálogos. No logra transmitir del todo bien lo que se vivió, a pesar de tener recursos para hacerlo. La montaña se ve abrumadora, el accidente está bien contado, los actores están todos correctos. La emoción casi ni aparece, porque la prolijidad le gana al riesgo. Nadie quiere verse ofendido hoy en día, así que es mejor ser prudentes.
Tan conocida es la historia que ni siquiera la hemos contado aquí. A La sociedad de la nieve le tocó apuntar a la temporada de premios y su trabajo está completado. Tal vez hay más acercamientos a lo ocurrido que este. Tal vez cuando se habla de El milagro de Los Andes no se llega a explotar todo lo que eso significa. Es posible que aún falte una película más y es seguro que se hará cuando ninguno de los sobrevivientes esté entre nosotros. La complejidad real de lo contado nunca llega a desarrollarse y lo que por ahora sobrevive es la tenacidad y la fuerza de las personas por mantenerse con vida. Luchando no sólo por la propia existencia, sino también por la de sus pares.