Un grupo de amigos homosexuales se reúne para celebrar el cumpleaños de uno de uno de ellos en un apartamento en el Upper East Side de Manhattan. Pero cuando el compañero de cuarto de universidad del anfitrión de la fiesta aparece sin ser invitado, la situación deriva en tensiones que convierten el festejo en un caos lleno de reproches y cuentas pendientes. El amigo heterosexual del protagonista tal vez esté a punto de salir del clóset y ese sea el motivo de su visita.
Los personajes se replantean su situación personal, en particular el anfitrión Michael (Jim Parsons), que sufre a flor de piel todo lo que los demás personajes van experimentando esa noche. A pesar de algún que otro detalle, como la secuencia inicial y la final, no pasa un solo momento de la película sin que se sienta que estamos frente a una obra de teatro. Una obra que fue pensada para el teatro y que no hay manera de volverla cinematográfica.
La obra de teatro fue un éxito y todo un furor en la década del sesenta y tuvo su versión cinematográfica en 1970, dirigida nada más y nada menos que por el gran William Friedkin, el mismo de Contacto en Francia y El exorcista. La obra siguió siendo un éxito y el elenco de la película del 2020 es el mismo que la llevó al teatro en la nueva puesta en escena. Como un elemento de color hay que agregar que todo el elenco del 2020 es abiertamente gay, algo por demás irrelevante –incluso discriminador- desde lo artístico, pero con un toque político porque se trata de actores muy famosos. No nos importa, el film es inferior al de 1970, claramente, entre otras cosas porque hace cincuenta años no se trataba de una película de época y su riesgo y valor, también político, sí tenían un peso diferente. Como sea, en 1970 también se veía real, aun con los detalles muy inteligentes de puesta en escena de los cuales carece la versión actual.
Como una versión Netflix del experimento que hizo Gus Van Sant con Psicosis, cuando volvió a filmar casi plano a plano como la original, la película que tenemos acá es tan parecida a la de 1970 que lo mejor es conseguir aquel film y ver como se representaba la vida homosexual de Nueva York en aquel momento. La actual, más aun siendo un film de época, es decir que transcurre en la década del sesenta también, no tiene nada nuevo para aportar, solo se aprovecha un trabajo ya hecho por otros.