Los favoritos de Midas es una miniserie más atrapante que buena, pero en tiempos de exceso de oferta, esto no es tan mala noticia, casi al contrario. Tampoco es que la serie falla, su efectividad es clara y su duración más que razonable. Tal vez intenta ser más sofisticada en lo político de lo que realmente puede abarcar, sin embargo creo que el marco es más un ingrediente que el centro de la trama. Pero vayamos por partes.
La miniserie se basa en cuento del escritor norteamericano Jack London (1876-1916) el autor de clásicos como Colmillo blanco, El llamado salvaje y El lobo de mar, entre otros textos. El cuento en cuestión es The Minions of Midas y se publicó en 1901. Se lo conoce en español como Los favoritos de Midas, pero en Argentina nada menos que Jorge Luis Borges lo tradujo y eligió el título de Las muertes concéntricas. Se trata a los usos de esta miniserie, un punto de partida que plantea perfectamente la estructura de base, pero el texto es breve y un guión de más de cinco horas incluye un mundo completamente nuevo, además de ubicarse en la ciudad de Madrid actual.
La historia gira en torno a la vida de un empresario llamado Víctor Genovés (Luis Tosar), un millonario al que chantajean con matar personas aleatoriamente si no paga lo que le piden. Los mensajes, enviados por Los favoritos de Midas no son tomados muy en serio por Genovés, hasta que ocurre la primera muerte. Luego tendrá que intervenir la policía, pero sin la más remota pista. Genovés es propietario de un diario que publica un informe que pone en evidencia negociados de una entidad bancaria que les financia. Esta noticia de periodismo independiente es realizada por Mónica (Marta Belmonte) una valiente periodista que ha destapado el caso.
La miniserie brilla con su enigma principal. Saber quienes son los que envían los mensajes y cuál es su objetivo real detrás del chantaje es el encanto de la historia. La trama policial con el inspector Conte (Guillermo Toledo) un viejo y desconfiado detective es otra gran idea que ayuda mucho a la trama. Conte y Genovés hacen un buen dúo. Menos brillante es la historia de amor. Un poco forzada, algo apurada y con escenas de sexo que le agregan minutos a la trama pero no mucho peso en la historia. Recordemos que la trama dura poco más de cincuenta días en total.
Jack London era socialista. En muchos de sus textos se podía ver claramente sus ideas políticas. En otras era simplemente humanismo. La miniserie busca una bajada de línea política. Muestra una Madrid con manifestaciones masivas, los discursos de los personajes muestran una inquietud política también. Alguien podría decir que se trata de una historia con fuerte contenido social, pero eso no tiene tanto peso en comparación con el dilema de los personajes principales. Aunque no es ciencia ficción, inventa una situación distópica en un presente diferente al actual. Y un grupo, Los elegidos de Midas, que parece sacado de una novela del siglo XIX. El resumen se podría decir que la historia es atrapante, que abre un enigma espectacular y que es eso lo que sostiene a esta miniserie que en muchos otros aspectos no se luce tanto.