La película cuenta la historia de Aurora Sánchez heredera de una familia de revolucionarios y la evocación que ella hace de su gente. La historia que se inicia con la lucha de sus padres en la España republicana y su posterior arribo a la Argentina y luego pasa al Latinoamérica.
Documental de narración torpe, deshilvanada, sin una sola interesante en lo narrativo. Confiando en una protagonista que no parece particularmente interesada en hablar a cámara.
Confusiones ideológicas varias, mezclando la Guerra Civil Española, con el sandinismo, con el nefasto movimiento Todos por la patria que llevó adelante el ataque al Regimiento de La Tablada durante la democracia en Argentina.
El sueño de una revolución que perdió el rumbo hace muchos años y que la película, tal vez sin querer, termina mostrando como algo lamentable. Los que lucharon contra el fascismo y la dictadura, en la misma bolsa que los mesiánicos fascistas que jamás buscaron la democracia en Latinoamérica. Sin duda es falta de talento cinematográfico de los realizadores.
Pero una cosa es sentarse a debatir a nivel ideológico y otra es otorgarle valor cinematográfico al enésimo documental que se produce en Argentina sobre la frustración de una generación que aun hoy no reconoce sus propios errores ni intenta la más mínima crítica.
Es incluso triste ver una película como esta, que a no ser porque se festeja a personas que asesinaron a inocentes, podría dar más vergüenza ajena que otra cosa. La única secreta esperanza es que los directores estén siendo sutilmente críticos de todo eso, pero lo dudo.