Una niña es secuestrada durante una poderosa tormenta. Su madre (Jurnee Smollett) entonces une fuerzas con su misteriosa vecina (Allison Janney) para emprender la búsqueda del secuestrador y liberar a la pequeña. La película es una historia de acción que recuerda a muchas otras hechas a lo largo de los años, es decir la explotación de una figura conocida devenida en héroe de acción. Lo ha hecho, por ejemplo Liam Neeson, pero muchos otros actores prestigiosos y famosos por sus dramas han logrado reinventarse en el género.
Allison Janney es una actriz muy famosa en el cine y la televisión. Ha ganado no sólo un Oscar, sino también muchos otros premios. Su potente voz grave y su presencia son indiscutibles. Ha hecho drama y comedia por partes iguales. Acá se nota que su personaje tiene un pasado oscuro y a la vez un entrenamiento poco habitual. Es un lujo tenerla en un protagónico, aunque es una pena que sea en una berretada como esta.
El guión es imposible, verdaderamente malo. Es como una de esas películas clase B o incluso C que ha estado protagonizando Bruce Willis en estos últimos años. Estéticamente parece cuidada, pero termina siendo muy perezosa la forma en la que está filmada. Se le nota un presupuesto limitado en un par de resoluciones, además. Pero lo que realmente tiene peso es que no hay una sola escena que se pueda destacar o disfrutar. La promesa de actrices veteranas en roles de acción quedará solo en promesa con películas como esta. El final es para reírse, directamente.