IDEALISMO NO IDEALIZADO
“Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala rompa la puerta de todos los closet”
Harvey Milk
Milk es la biografía cinematográfica de Harvey Milk, político norteamericano que en el año 1978 se convirtió en el primer hombre abiertamente gay elegido como funcionario público en el estado de California. La película corresponde entonces a dos categorías, el cine biográfico -y por lo tanto basado en hechos reales y el cine político -y por lo tanto con un discurso político muy claro. Claro que podríamos hablar de otra categoría más, que es la de cine gay, pero a esta altura y por la forma en que el cineasta Gus Van Sant filma la historia, esa categoría realmente queda en un tercer lugar. No porque el film sea pacato o en exceso pudoroso, de hecho no lo es, el protagonista es tan abiertamente gay, y la sexualidad de él está planteada con tanta franqueza, que casi parece un error reducir el interés del film en ese punto, resuelto con inteligencia por Van Sant en la primera escena del film. Milk es un film político, es un film sobre una persona que decidió cambiar el mundo. En tiempos en que estamos agotados de escuchar el lugar común de decir que no hay más ideologías, que todo es cinismo y falta de compromiso, Milk se presenta como una película de inusitado compromiso político. Sean Penn realiza una de esas actuaciones que hacía antes, donde su energía se imponía por encima de su solemnidad y aunque siempre sobreactúa, aquí logra hacerlo con simpatía y convicción. De más está decir que la reconstrucción de época es perfecta -o se ve perfecta, que es lo mismo- y que la historia en sí misma es tan fuerte y movilizadora que basta con que el realizador Gus Van Sant (Mi mundo privado, Elefante, Paranoid Park) trabaje con sobriedad y oficio para que todo llegue a buen puerto. Una obra de arte tiende a cambiar el mundo siempre, aunque no necesariamente deba ser hecha para eso. Milk pertenece a la categoría de aquellos films que de forma abierta deciden salir a cambiarlo. No es idealismo juvenil, es humanismo en estado puro. Y bienvenido sea.