Misa de medianoche es una miniserie de terror creada por Mike Flanagan, una de las figuras más importantes del género terror en la actualidad. Luego de dos impactantes miniseries: La maldición de Hill House (2018) y La maldición de Bly Manor (2020), Flanagan sube la apuesta y se lanza a crear su propio universo estilo Stephen King sin adaptar al autor, simplemente tomando su iconografía y combinando ideas de sus libros. Flanagan ya había adaptado a King en dos largometrajes: la shockeante El juego de Gerald (2017) y la fallida Doctor Sueño (2019). Envalentonado por sus trabajos anteriores busca construir un mundo que, dependiendo de cuánto se conozca los libros de Stephen King, podrá ser rastreado hasta cada una de sus páginas.
Misa de medianoche empieza con un personaje condenado. Riley Flyyn vuelve a su ciudad natal en la isla de Crockett Island. Ha estado cuatro años preso por matar a un joven en un accidente de auto que tuvo mientras manejaba borracho. A pesar de haber pagado su deuda con la sociedad, su mente sigue siendo atormentada con el recuerdo de la joven. Flynn buscará en su pueblo retomar su vida familiar, integrarse a la comunidad fervientemente católica e, inesperadamente, retomar un vínculo con una novia de su infancia, Erin Greene. Ella también acaba de volver al pueblo, está embarazada y trabaja como docente.
Pero ni ellos ni el pueblo son lo que eran. Un derrame de petróleo ha hecho que la economía pesquera del lugar se viera destruida y apenas si pueden sobrevivir mientras la población se reduce. En ese clima de personajes angustiados, olvidados aparentemente por Dios, ocurrirá algo que lo cambiará todo. El anciano Monseñor Pruitt ha sido enviado a un viaje a Tierra Santa y su regreso se ha postergado de forma inexplicable. En su lugar llega el joven cura Paul Hill, quien dice que reemplazará brevemente a Pruitt, aunque los motivos reales no terminan de quedar claros. El fervor de Hill traerá aires renovados al pueblo, aunque tal vez incluya la amenaza de algo terrible.
Los seguidores de Stephen King verán su universo desde la locación elegida para el pueblo donde ocurren todos los eventos centrales de la miniserie. Muchos pequeños detalles podrán encontrar aquí o allá algún punto en común. Sin que esto sea un spoiler, libros muy diferentes se dan cita aquí. Son varios los relatos de Stephen King que cuentan historias de pueblos como el que aquí aparece, pequeñas comunidades arrastradas por fenómenos sobrenaturales que avanzan poco a poco y terminan de desplegarse cuando ya conocemos bien a los personajes y sus historias. Un fan del terror verá mucho más que eso, pero esta miniserie de King sin ser adaptación de King es todo un hallazgo. El propio escritor festejó la miniserie, lo que de alguna manera resulta un sello de aprobación no imprescindible pero sí bienvenido.
El primer episodio de Misa de medianoche es lo mejor que ha dado el género en formato de serie en muchos años. Tal vez lo mejor. La construcción de personajes, la presentación del pueblo y un gancho final espeluznante pero no todo del todo dentro del terror merecen en sí mismo ver toda la serie. Hay una maestría que incluso el cine de terror hoy ha perdido. Flanagan sabe que es una miniserie, en cine sería muy difícil armar un conjunto de personajes y retratar un pueblo de forma tan efectiva. No hay uno, ni dos, sino una docena de personajes extraordinarios, diferentes entre sí, todos con su vuelta de tuerca, su personalidad, sus angustias y su lado vulnerable. Ya no hablamos del género terror, pocas series de cualquier género han armado un conjunto de personajes como los que aparecen acá.
Misa de medianoche asume muchos riesgos. Los resultados son buenos pero esto no debe hacernos olvidar del hecho de que es muy diferente a todo lo que se hace hoy. Esta construcción narrativa compleja, con los mencionados personajes, enorme en sus ambiciones, es algo que casi no existe hoy. Basta ver las series del streaming para ver hasta que punto todo se ha vuelto tonto y superficial, tanto en la forma como en su contenido. Misa de medianoche incluye temas variados que se combinan detrás del armado de esa sociedad aislada, vulnerable al fanatismo religioso o de cualquier otra índole. El dolor inherente a los seres humanos mezclado con una angustia social produce el caldo de cultivo para que el mal entre por la puerta y se instale. Como en las historias de vampiros, el villano solo puede entrar si el dueño de casa lo invita a hacerlo.