Película de ciencia ficción que transcurre en el año 2056 en Berlin. Leo (Alexander Skarsgård) es un joven amish que ha sufrido una herida siendo niño y ha quedado mudo. A pesar de su origen, trabaja de camarero en un local nocturno donde también trabaja su novia. Cuando ella desaparece el inicia una búsqueda dentro del submundo sórdido de la noche, cruzándose con toda clase de personajes siniestros.
La película, que deriva de muchas otras y que grita Blade Runner en cada plano, no logra encontrar el tono adecuado nunca. Parece que va a ser una film noir, pero también se vuelve comedia. Qué un amish sea protagonista no le suma nada y no tiene sentido alguno, entre otras cosas porque es una premisa que no lleva en ninguna dirección. Algunos apuntes indican que hubo buenas ideas pero terminaron perdidas entre tantas variables contradictorias. Y tener un protagonista mudo es, además, siempre un problema en cualquier película. Esta no es la excepción. La película está dedicada a David Jones -el padre del realizador- cuyo nombre real era David Bowie.