Hace poco tiempo una película danesa llamada Una sombra en mi ojo (2021) había mostrado un evento olvidado de la Segunda Guerra Mundial. Su éxito en Netflix fue instantáneo, pero no se comparó al fenómeno que llegaría en el año 2022: Sin novedad en el frente, la película alemana que ha conseguido nueve nominaciones al Oscar. Si bien este film transcurre en la Primera Guerra Mundial, su éxito muestra un interés por revisar la historia bélica de Europa en el Siglo XX que no se apaga, aún tantos años después. Se podría decir, casi con seguridad, que vendrán muchas más películas de guerra en los próximos años.
Narvik (Kampen om Narvik, 2022) es una película Noruega que alude a eventos vinculados con dicho país. Al comenzar la Segunda Guerra Noruega se declaró neutral. Suecia produce gran parte del armamento y el hierro se envía desde Noruega. El Reino Unido debe detener esos envíos. El interés del mundo se posó entonces en Narvik, un pequeño pueblo en el norte de Noruega, donde está gran parte del hierro para construir el armamento de Hitler. Lo que siguió a eso fue una batalla considerada como el enfrentamiento bélico más grande ocurrido en suelo noruego. Y también ese enfrentamiento es la primera gran derrota de Hitler y el anuncio de que no era invencible. La historia que cuenta la película es más compleja y cercana a los personajes ficticios pero inspirados en los eventos reales. Aunque la victoria no fue definitiva, su valor fue enorme.
Narvik es otra de las muchas películas bélicas que van completando el gran rompecabezas histórico de la Segunda Guerra Mundial. Un conflicto que inicialmente fue narrado por el cine norteamericano pero que con el correr de las décadas empezó a tener cada vez más ejemplos en el cine europeo más allá, por supuesto, de Gran Bretaña. En los últimos años han aparecido títulos que cuentan la experiencia de cada país de Europa, generalmente aludiendo a algún evento puntual ocurrido en su territorio. En este caso hablamos de Noruega y una batalla tan grande como importante, no solo para ese país y para el mundo. La tardanza de Europa para revisar estos conflictos también tuvo que ver con las posiciones complicadas de muchos de esos países durante la guerra.
Uno de los trucos más viejos del cine bélico es acercarse a historias más personales, para que no sean sólo números y eventos históricos. En este caso se acerca a la familia Tofte, el padre llamado Gunnar, quien es un soldado de la guardia noruega y está casado con Ingrid, con quien tiene a Ole, el pequeño hijo de ambos. Serán sus peripecias, sus separaciones y su sufrimiento lo que mantendrá el hilo conductor de la trama en eventos mucho más grandes que ellos pero con los cuales el espectador no podría conectar tan rápidamente sin esa identificación.
Si bien se suma al éxito de Sin novedad en el frente. Narvik no está en ese nivel. No consigue ser tan equilibrada y potente y a la vez evidencia un presupuesto más limitado que le juega en contra en varios momentos. Pero la comparación que hacemos no responde a que la película busque copiar al film alemán. Narvik fue realizada en el año 2019 y la pandemia postergó el estreno que volvió a postergarse con la invasión de Rusia a Ucrania, por considerar que la guerra era un tema demasiado sensible. Se sabe que esta clase de películas se disfrutan más en tiempos de paz que de guerra. Pero el azar quiso que justo se estrenara cuando Europa consigue su mayor reconocimiento histórico en el cine bélico y eso le asegura un éxito. Si se hubiera estrenado en su momento, tal vez el resultado no hubiera sido el mismo. Narvik sirve, sin embargo, para seguir conociendo más eventos de la Segunda Guerra Mundial, un tema que cuánto más se lo trata en cine, más inagotable parece.