Después de que aceptan en la universidad a Alex, sus padres descubren que no tienen fondos para poder pagar la escuela. El municipio cancela el programa de becas para construir un complejo de piletas para el verano y los deja sin el dinero que esperaban tener. Desesperados, buscan todas las opciones pero nadie les quiere prestar el dinero. Entonces un vecino de ellos, divorciado por ser adicto al juego, les ofrece montar un casino clandestino en su casa. Tienen el verano para reunir el dinero antes de que su hija se queda sin universidad.
Will Ferrell y Amy Poehler interpretan a los angustiados e irresponsables padres en esta comedia desaforada que no tiene problemas a la hora de pasarse de rosca. No necesitan presentación como comediantes, ambos son geniales. Jason Mantzoukas también brilla como el vecino demente. La película no es de las mejores comedias, pero es tan sano ver un film que hace humor sin miedo. Es asombroso que hoy las comedias tengan más sangre que los film de acción. Locuras de la corrección política y resistencia por parte de los humoristas.
¿Pero por qué tendría que tener sangre una comedia? Bueno, porque este dúo de padres preocupados por su hija le toma el gusto a la criminalidad y terminan emulando a los personajes de Martin Scorsese, en particular, claro, los de Casino. La película también tiene un villano, que es el concejal corrupto que no tiene ningún interés en hacer otra cosa más que robar. Pero no hay una moralina en la historia, solo mucha diversión y buenos chistes. Más alguna sorpresa que no arruinaremos acá.