Un asesino en serie anda suelto por Madrid cobrándose víctimas anónimas mientras imita el origen de superhéroes famosos. Cosme (Antonio Recines), a punto de jubilarse, y David (Javier Rey), su relevo, serán los encargados de investigar este caso tan inusual y barroco. Lo inesperado es que Jorge Elías (Brays Efe), el hijo nerd de Cosme, a cargo de una casa de comics, será una ayuda fundamental para entender los intricados crímenes. Y Norma (Verónica Echegui), la jefa policía que está por encima de todos, es una fanática del cosplay y los obliga a trabajar juntos en un caso que mezcla los más horrendos crímenes con los personajes más famosos de historieta.
La película, que declaraba abiertamente ser heredera de Seven, se mueve entre el film de David Fincher y una versión siglo XXI de Álex de la Iglesia, más una gran influencia de Unbreakable de M. Night Shyamalan. Con mucho humor y bastante truculencia, las referencias al mundo del comic, la televisión y el cine de héroes y fantasía se multiplican. Con inteligencia se va armando un guión que tiene grandes momentos y otros un poco flojos. No llega a ser una gran comedia ni tampoco un gran policial. Los cuatro personajes principales son adorables y se hacen querer desde el primer instante. Pero los secundarios interpretados por Ernesto Alterio y Leonardo Sbaraglia son lo contrario, ambos actores parecen subestimar el material y no son capaces de transmitir nada con sus trabajos.
Con un poco de suerte el director encontrará mejores resultados en el futuro y esta película terminará siendo una gran remake norteamericana o, como tal vez podría pasar, una serie de televisión. Como sea, los superhéroes son un material inagotable, incluso para ser parodiados, homenajeados o analizados, todo lo que