El 9 de noviembre, en Palm Springs, Nyles (Andy Samberg) se despierta junto a su novia en la previa de lo que será la boda de una amiga de ella. Nyles actúa de forma rara, como si todo le resultara indiferente. Viste de forma insólita durante la fiesta y salva a la hermana de la novia, Sarah (Cristin Milioti), cuando esta no tiene preparado su discurso. Nyles parece saber todo lo que ocurrirá durante ese día que termina con una escapada hacia las montañas junto a Sarah. Pero esa noche termina de forma abrupta y Nyles despierta exactamente en el mismo lugar, nuevamente el 9 de noviembre. Ahora sabemos que está atrapado en un rulo temporal desde no se sabe cuánto tiempo. Solo él, en un comienzo, recuerda el día anterior.
Palm Springs es una comedia romántica que pertenece al hoy muy conocido y casi siempre efectivo género de las películas con días que se repiten. Siendo Groundhog Day (1993) la referencia principal, aunque ya no la única. Edge of Tomorrow (2014), Happy Death Day (2017) y Boss Level (2021) son otros tres ejemplos, aunque hay que decir que Palm Springs (2020) se las ingenia para ser original incluso bajo una fórmula tan conocida. Su tono de comedia romántica y a la vez transgresora le permite jugar con sus propias reglas. Como suele ocurrir con estos films, aparece también un costado existencialista, pero también una evolución del pensamiento producida por la repetición al infinito de una serie de eventos que se ven afectados por cada una de las decisiones.
La película es como un Groundhog Day pero menos masivo, con todos los chistes y situaciones que aquel film no podía -o tal vez no quería- incluir. Al tener más de un personaje atrapado en el loop, la película tiene muchas opciones y vueltas de tuerca, al tiempo que permite un debate diferente y decisiones más elaboradas. No es un cuento moral y tiene más fe en la ciencia y el conocimiento que en cuestiones éticas o castigos y premios a la conducta. El ritmo, los actores, el guión, todo confluye en una película muy entretenida que nunca se agota y que siempre ofrece sorpresas. Su ausencia de moralina la convierte en una película que se puede disfrutar sin preocupaciones ni bajadas de línea.