La década del cincuenta fue la década donde las cinematografías de todo el mundo comenzaron a circular como nunca antes. Con la irrupción del neorrealismo, Italia picó en punta a la hora de traer novedades y lograr la llegada global de sus films. Unos años más tarde ya las películas habían adquirido un estilo más relajado, humorístico y costumbrista. Neorrealismo rosa, como fueron apodados estos film populares que mostraban Italia en todo su esplendor y su personalidad, pero sin la crudeza angustiante de los films neorrealistas. Basta ver al mismísimo Vittorio De Sica haciendo de protagonista de estas comedias y compararlo con su trabajo anterior como director para ver la diferencia entre ambas formas de cine italiano de llegada internacional.
Vittorio De Sica fue la estrella de cuatro comedias románticas: Pan, amor y fantasía (Pane, amore e fantasia, 1953) de Luigi Comencini, con Gina Lollobrigida, un verdadero clásico de todos los tiempos, puntapié inicial para esta clase de films; Pan, amor y celos (Pane, amore e gelosia, 1954) con la misma Gina Lollobrigida y dirigida también por Luigi Comencini; Pan, amor y… (Pane, amore e…, 1955) dirigida por Dino Risi, junto a Sophia Loren y Pan, amor y… Andalucía (1959) dirigida por Javier Setó, con Carmen Sevilla.
Ambientada en la bahía de Nápoles. El mariscal Antonio Carotenuto (Vittorio De Sica) regresa a su ciudad natal de Sorrento para hacerse cargo de la policía de tránsito local. Doña Sofía (Sophia Loren), una atractiva pescadera viuda, ha alquilado la casa y se niega a dejarla cuando regresa Carotenuto. El hermano del mariscal, el párroco local, intentará solucionar las cosas pero no puede evitar que su hermano se sienta atraído por la joven.
La copia a todo color que se estrenó en Netflix justifica en sí mismo la visión de Pan, amor y… una comedia romántica de manual, que tal vez tenga su fórmula algo agotada con respecto a los films que la precedieron, pero vista en el 2020 resulta diferente a todo y garantiza diversión con un fondo espectacular y unos colores que ya no existen en el cine. Sophia Loren acá está desatada, explotando su carga sensual natural y su talento para la comedia. De Sica también está en su punto más alto de comediante, siempre cómodo en el rol de chanta total. La película nunca se vuelve u oscura, siempre mantiene su tono ligero y juguetón y entrega varias escenas de pura felicidad.
Dino Risi deja de lado algunos de sus dardos más filosos y sus comentarios sociales para entregarse a la belleza del paisaje y el carisma de sus actores en esta comedia cuya herencia puede verse en muchas comedias románticas de las décadas siguientes. Incluso se puede adivinar el modelo actoral que muchos, incluso hoy, han copiado de Sophia Loren y Vittorio De Sica. La popularidad de la actriz llegó a ser tan grande que en Argentina la película se llamó Pan, amor y Sophia Loren.