El cine comercial tiene infinitas variables, pero también corrientes principales por las que se mueven la mayoría de las películas. Estar dentro de esa corriente no es ni malo ni bueno, pero el riesgo principal es no aportar nada y llegar tarde a todos lados. El cine del espacio ha tenido un resurgimiento en los últimos años, con varios éxitos que llevaron a que muchos proyectos centraran sus historias en viajes espaciales. Como son películas caras y de alto presupuesto, las consecuencias de un éxito llevan un tiempo en volverse moda. A esto hay que sumarle que en el año 2013 Sandra Bullock causó furor con su protagónico de Gravedad y causó un resurgimiento de las mujeres en los films del espacio como no se veía desde Alien a fines de la década del setenta.
Life (2017) con Rebecca Ferguson, High Life (2018) con Juliette Binoche, Proxima (2019) con Eva Green, Far (2020) con Hillary Swank por citar algunas de las películas o series con mujeres astronautas a las que ahora se les suman Anna Kendrick y Toni Collette en Pasajero inesperado (Stowaway, 2021). El género sin duda busca grandes actrices, para papeles que suelen requerir trabajos arduos por tratarse de elencos mínimos en locaciones reducidas.
Ellas son dos astronautas en una misión de tres tripulantes hacia Marte. Dos años de lo que será un viaje científico de rutina. Pero a poco de salir descubren que tiene un polizonte accidental. Ese no será el único problema que enfrenten, un daño en la nave produce que no tengan oxigeno suficiente para completar el trayecto. Siendo el polizonte el único sin función en el viaje y sin autorización para estar, deberán tomar la decisión de hacer algo con él o pagar las consecuencias.
Bastante forzada y absurda es la premisa para un film lleno de precisiones científicas como intenta ser este título. Eso genera un inicio endeble y difícil de olvidar. Lo que sigue no logra remontar una trama que apenas pudo haber sido un capítulo mediocre de una serie de televisión. Una historia que solo en el cine actual puede estirarse para ser un largometraje. Son solo los pequeños detalles de dirección de arte, vestuario y efectos visuales los que distraen un poco hasta llegar al previsible final. Sí, hay dilemas éticos en la película, pero tienen una tensión nula.