Sawyer Valentini (Claire Foy) se traslada de Boston a Pensilvania para escapar del hombre que la ha estado acosando durante los últimos dos años. Mientras consulta con un terapeuta, Valentini sin darse cuenta se registra para un compromiso voluntario de 24 horas con el Centro de Comportamiento Highland Creek. Su estadía en el centro pronto se extiende cuando los médicos y las enfermeras comienzan a cuestionar su cordura. Sawyer ahora cree que uno de los empleados es su acosador, y que hará lo que sea necesario para mantenerse con vida y luchar para salir.
El prolífico director Steven Soderbergh realiza uno de sus habituales de ejercicios de género y a la vez otro de sus trabajos de cine de bajo presupuesto. Con un par de actores conocidos y algún cameo, filmada con un iPhone 7 plus en el transcurso de tan sólo diez días, usando un DJI Gimbal y una silla de ruedas como carro de travelling donde el director hacía la cámara, Soderbergh muestra ingenio y talento para resolver el rodaje. El problema es que la historia se agota rápido y las vueltas de tuerca tienen un par de baches de guión insalvables.
En los mejores momentos, Perturbada (Unsane, 2018) parece ser un homenaje a los desatados films del maestro Brian De Palma (incluyendo la presencia de Amy Irving), pero para alcanzar ese nivel Soderbergh hubiera necesitado al menos un poco más de sofisticación en la puesta en escena y algo de sentido del humor. Sus bajadas de línea sobre el acoso sexual y la medicina como negocio empantanan la fluidez narrativa de forma inútil, ya que al final todo será un disparate sin gracia, por lo que haberse puesto solemne no le suma nada. Muy lindos los ejercicios de técnica del realizador, muy interesante emular a otros cineastas para tratar de entender sus mecanismos. Pero lo más importante, el hacer una buena película, ha sido olvidado.