Las aventuras de Pinocho (Le avventure di Pinocchio) es una obra literaria escrita por Carlo Collodi. Se publicó originalmente en el periódico Giornale per i bambini, desde 1882 hasta 1883, con el título Storia di un Burattino (Historia de un títere), acompañada de las ilustraciones de Enrico Mazzanti. Su fama universal desde entonces ha convertido el libro en uno de los grandes clásicos de todos los tiempos. Aun así, todavía se discute que tan para niños es este libro, sin duda una de las piezas más oscuras de la llamada literatura infantil. En el cine ha tenido también una fama descomunal que incluyó, por supuesto, al clásico de Walt Disney de 1940. Como suele pasar, las muchas adaptaciones cinematográficas, incluyendo una de cine argentino, fueron tapando al libro y este ha quedado cada vez más lejos del recuerdo general. La última adaptación famosa fue la que dirigió e insólitamente protagonizó Roberto Benigni en el año 2002. El pobre resultado no opacó del todo su taquilla, pero definitivamente no tuvo el destino de clásico con el que el cineasta soñó al dirigirla.
Nuevamente desde Italia llegó en el 2019 una nueva versión, cuya distribución internacional se vio afectada por la pandemia. Vuelve a aparecer Roberto Benigni, pero esta vez como Geppetto, el padre del niño Pinocho. La dirección y el guión quedaron a cargo de Matteo Garrone, director de Gomorra (2007), Tale of Tales (2015) y Dogman (2018). Estos antecedentes hacían prever que se trataría de una versión parecida a la obra maestra literaria en la que se basa. Como consecuencia, era de esperar que fuera un film oscuro y por momentos muy inquietante. Garrone no defrauda y a la vez sorprende con una película que posiblemente sea el mejor acercamiento al libro de Carlo Collodi que se haya hecho para el cine.
Las escenas iniciales parecen tradicionales, sin sobresaltos, como la ilustración de la obra en la que se basa. Pero los primeros avisos de una mirada dura de la vida hacen pensar en que la película no esquivará las situaciones más preocupantes. La película es un verdadero cuento de hadas, con esos villanos que meten miedo, con esas escenas inolvidables por lo perturbadoras que son. A medida que avanza la historia se confirman esas virtudes, Pinocho es una historia terrible, un cuento moral acerca de un muñeco que deberá comportarse como un gran ser humano si desea convertirse en un niño.
Desde lo visual la película es abrumadora. Claro que el maquillaje se destaca, como lo hacen también el vestuario y la dirección de arte. Pero lo mejor viene de la forma en la que se reconstruye ese mundo a mitad de camino entre la fantasía más alocada y el realismo más crudo. La película tiene escenas que parecen un sueño y muchas que parecen la visualización de una pesadilla. El director recibió muchos reclamos por lo dura que es la película, pero él contestó que esos problemas eran de los adultos, que los niños recibieron la película sin problema. Más allá del público puntual al que está destinada o al cual puede llegar, el libro de Carlo Collodi cobra vida con todo su esplendor y la película es inolvidable, bella, poética y a la vez potente. Una sorpresa, teniendo en cuenta las muchas veces que el libro ha sido llevado a la pantalla.