Poderes ocultos (De uskyldige, Noruega, 2022) es una película de terror con el sello indudable del cine nórdico. Una búsqueda sin efectos especiales, con climas construidos de forma exacta, para que el realismo de las primeras escenas de paso a lo sobrenatural de manera más poderosa.
Durante las vacaciones de verano, la familia de Ida, de nueve años, se instala en un barrio de los suburbios de Oslo. Con su hermana, la niña trata de ajustarse a su nuevo entorno y se hace amiga de otros dos niños. Los cuatro amigos descubren que poseen poderes sorprendentes, lo que van incluyendo como parte de los juegos típicos de niños. Pero esos poderes que en un comienzo los unen, también comienzan a separarlos cuando su mirada sobre lo que es correcto e incorrecto no sea la misma.
La elegancia estética no es solamente un recurso visual, también es el corazón mismo de la película. Ese retrato de la infancia como un espacio propicio para el bien y para el mal se describe de forma distante, fría, cómo los propios protagonistas de la película. Una historia muy lograda que eventualmente tendrá una salvaje remake más industrial en algún momento.