Rápidos y furiosos 9 muestra desde su título que la saga originada en el año 2001 se volvió una fuente de locura de acción que ya lleva veinte años dando películas. Contrario a lo que pasó con otras series de películas, era difícil en aquel momento pensar todo lo que seguiría al primer film. Ya la segunda parte parecía más de lo mismo y se sentía agotada. Pero en el año 2011 la quinta película fundó de nuevo la saga al pasar de ser un film exclusivamente centrado en los autos para convertirse en una gigantesca producción de aventuras donde absolutamente todo era posible. La alegría de ese renacimiento duró hasta el octavo film, sumando actores como Dwayne Johnson, Jason Statham, Helen Mirren, Kurt Russell y Charlize Theron. La novena parte, sin embargo, muestra un desgaste notable con respecto a los títulos recién mencionados.
La simpatía de Johnson y Statham se extraña y no por nada han tenido su propia película. Ahora sí la falta de Paul Walker es notoria y no hay nada que reemplace todo ese carisma perdido en estos tres actores que acá no participan. Hay regresos y cameos que no serán delatados aquí, pero ya empieza a verse demasiado forzado todo. No hay un humor genuinamente gracioso, solo algunos chistes. El problema es que la maquinaría de acción cede espacio al drama y ese drama entra por la ventana sin demasiada justificación. Un sinfín de flashbacks duermen el ritmo de la película en varios momentos.
Es el guión lo que falla. Tantas piruetas da la película en el aire para justificar su historia y tanto intenta construir personajes nuevos que se le van casi dos horas y media con solo tres escenas de acción. La primera anuncia un alto nivel de delirio, lo que no está mal. La segunda tiene menos coherencia de lo tolerable y recién la tercera, cuya inverosimilitud busca ir más allá de todo lo conocido, termina teniendo la gracia y la emoción que caracterizó a la saga. Los corazones tiernos que disfrutamos de los films anteriores (del 5 al 8, es importante aclararlo nuevamente) vamos a darle un voto de confianza al último tercio de película. Pero los primeros dos tienen escenas de más, charlas demasiado largas y los mencionados flashbacks que rompen toda la estructura. Además de los actores ausentes que ya mencionamos, existe la posibilidad de que también se sienta la falta del guionista Chris Morgan, presente en casi toda la saga, incluyendo los mejores films.