Ratched es una serie que cuenta la historia del origen de la enfermera de hospital psiquiátrico Mildred Ratched. En 1947, Mildred (Sarah Paulson) llega al norte de California para buscar empleo en una importante institución psiquiátrica donde se prueban nuevos experimentos sobre la mente humana. El Dr. Richard Hanover (Jon Jon Briones) dirige el impecable lugar, pero sus acciones están siempre al límite de lo permitido, ética y legalmente. Mildred se presenta como una enfermera perfecta, pero al mismo tiempo es capaz de cualquier cosa para obtener el puesto que no consigue en su primera entrevista.
Cuando esté adentro, se irán conociendo los más oscuros secretos del lugar y también de la propia Mildred, que parece tener un plan mucho más complejo que simplemente conseguir trabajo. Su principal enemiga en el lugar será la jefa de enfermeras Betsy Bucket (Judy Davis). Al mismo tiempo el gobernador George Milburn (Vincent D´Onofrio) está interesado en el lugar para hacer campaña política. Su jefa de prensa Gwendolyn Briggs (Cynthia Nixon) entablará una amistad con Mildred, lo que agregará una línea de conflictos extra.
Ratched está basada en la enfermera de la novela One Flew Over the Cuckoo’s Nest, escrita por Ken Kesey y publicada en 1962. Esta novela tuvo una adaptación cinematográfica en 1975 y no es otra más que Atrapado sin salida el clásico dirigido por Milos Forman y protagonizada por Jack Nicholson y Louise Fletcher, justamente en el rol de Mildred Ratched. Más que basada está inspirada, porque este precuela tiene muy poco que ver con el film ganador del Oscar.
La acción comienza en 1947 y bastan algunos planos para darse cuenta que la serie creada por Evan Romansky y Ryan Murphy es la antítesis estética del film de 1975 (que transcurre en 1963). Los espectaculares colores, las locaciones gigantescas, recargadas, el vestuario impactante y el tono desaforado de todo el producto hacen imposible compararla con la película. Por otro lado, el film era un drama que ponía mucho énfasis en el realismo de ambientación y actuaciones, la antítesis del espectáculo grandilocuente de la serie. Casi se podría decir que este nuevo acercamiento al personaje busca ponerse lo más lejos posible, más allá de algunos guiños a lo largo de la trama. Y por último hay que tener en cuenta que pertenecen a dos géneros diferentes. La película es un durísimo drama con toques de humor y la serie es una historia de suspenso y terror, con elementos de melodrama clásico y algo de humor retorcido.
Lo que sí tiene en común es que está producida, entre otros, por The Saul Saentz Company y Michael Douglas, quienes produjeron en su momento la película. Aquel proyecto de 1975 había sido adquirido para llevar al cine por Kirk Douglas, pero al momento de concretarse el actor ya era muy grande y el propio Michael tuvo que tomar la decisión de elegir a un actor más joven. Como productor, Michael Douglas recibió su primer Oscar cuando la película ganó el premio máximo de la Academia, uno de los cinco que obtuvo.
Ryan Murphy, creador de la serie, concibe este proyecto para Netflix como si fuera una mezcla entre dos de sus grandes creaciones: American Horror Story y Feud. Aunque la serie tiene momentos muy perturbadores, en parte por tratarse de violencia en su psiquiátrico, en ningún momento se acerca a las realmente difíciles de tolerar temporadas de American Horror Story. La temporada 2 de aquella serie se llama Asylum y era la historia de un psiquiátrico. Aunque Ratched es muy fuerte, en comparación es mucho más liviana. Pero Feud, la historia de la rivalidad real entre dos divas de Hollywood, también es inspiración. Si esta serie hubiera estado protagonizada en su momento por Joan Crawford, Bette Davis u Olivia de Havilland no hubiera sido raro. Del Hollywood clásico toma la manera espectacular de mostrar escenarios irreales, vestuarios imposibles y una puesta en escena que es puro artificio. En el primer episodio las citas a Alfred Hitchcock se multiplican y hasta la música de Bernard Herrmann es utilizada. Tanto se lo cita a Hitchcock que luego se cita a Brian de Palma y cuando ya no queda nada se siguen más adelante con Martin Scorsese y Cabo de miedo, partitura de Elmer Bernstein incluida.
Pero no son las únicas referencias. Douglas Sirk y sus melodramas también parece haber inspirado gran parte de la estética. Gun Crazy se apodera de la trama un rato, también Sunset Blvd y así todo. La serie es bella, sin duda, y es impactante en ese aspecto. Luego tendrá el lujo actoral de sumar a Sharon Stone como una millonaria demente que es una madre hitchcockiana y a la vez una evocación de los monstruos del melodrama clásico. El juego estético es lo más fuerte y también lo más interesante. Luego, y como es habitual en los tiempos que corren, la historia se va inclinando hacia la corrección política, sin permitirse demasiados riesgos reales. Pero no es la corrección política estándar, ya que la perversión y la oscuridad de la trama no permite hacer mucha bajada de línea clara. Lo cierto es que la enfermera solitaria y siniestra de la película de 1975 acá conforma una red de amistad femenina que cambia por completo su situación, siempre pensando en que todo puede cambiar en la temporada dos. También la serie explora la locura de la medicina psiquiátrica de aquellos años, aun cuando sea poco realista todo el tono. También insinúa una comprensión hacia las víctimas devenidas eventualmente en victimarios. En definitiva, un paseo por el horror que juega la carta del esteticismo a fondo y que se divierte con imágenes inquietantes y perturbadoras. No se le puede criticar a la serie el ir a menos. En ocho episodios Ratched brinda un espectáculo