UN GUIÓN PÉSIMO
Dentro de la ola infinita -y por momentos insoportable- de películas biográficas que año tras año sepultan la creatividad en el cine americano. Algunas son peores que otras, el nivel no es parejo ni todo negativo. De tanto en tanto aparece alguna realmente buena y también hay un puñado de films simplemente mediocres pero inocuos. Un último grupo son las biografías tontas, fallidas o directamente indignantes. Como se trata de películas, las que más molestan son las que se basan en historias vinculadas con el cine. Hace poco un patético mamarracho le dedicaba sus dos horas a retratar a Alfred Hitchcock, en el medio, y de forma sintomática, expresaba una serie de ideas muy pobres acerca del cine. Para juntar todos los lugares comunes negativos del cine biográfico y agregarle su mirada obtusa sobre el Hollywood clásico ahora llega Trumbo, película que retrata la vida de Dalton Trumbo durante los años del Comité de Actividades Antiamericanas.
Trumbo no es el primer film que trata sobre esta época, pero sin duda es el que peor lo hace. Bastaría contraponerlo a Buenas noches, y buena suerte para ver las diferencias entre un film excelente y uno horrible. El desfile de actores bien vestidos de época, la dirección de arte y una fotografía bien llevada puede hacer creer que no se trata de una mala película. Pero nadie duda de que aun un film mediocre en Estados Unidos es capaz de ofrecer estos elementos. Es una lástima que en sus eternas dos horas de duración, Trumbo se olvide de contar que los años que retrata fueron de los mejores de la historia del cine mundial. Pero claro, eso sería hablar de cine y el cine no importa acá.
Trumbo funciona como aquello que denuncia. Una casa de brujas que ridiculiza a sus enemigos de manera lamentable, que se sirven de las herramientas más torpes que da el cine para contar historias. Caricaturas baratas, diálogos ridículos, escenas de trazo grueso. Todo aquello que el propio Dalton Trumbo hubiera tratado de evitar. Los artistas de Hollywood no se pueden defender de estos films que, para limpiar la conciencia del cine actual, suelen tener éxito en los premios.
Pero tan mediocre y tonta es Trumbo que ni siquiera pudo tener mucho éxito en los premios. Solo la sobreactuación bastante triste de Bryan Cranston tuvo algo de repercusión. Alguna vez se hará una buena y sofisticada película sobre estos temas, que retrate todas las facetas del conflicto, por ahora los progresistas millonarios producen estas cosas. El cine, lamentablemente, es el único que sale perdiendo.