Resident Evil es una de las franquicias más importantes en el mundo de los videojuegos que se ha extendido a otros medios, incluyendo siete películas, seis de las cuales fueron protagonizadas por Milla Jovovich y cuatro dirigidas por Paul S. W. Anderson. Los videojuegos comenzaron en el año 1996 y las películas en el 2002. En el año 2021 se estrenó la serie de animación japonesa Resident Evil: Infinite Darkness, país donde ya se habían hecho algunos largometrajes animados de la franquicia. La serie Resident Evil (2022) estrenada en Netflix es una nueva apuesta a extender el éxito de una historia tan querida por los fans durante más de veinticinco años.
La gran pregunta era como iban a encontrarle la vuelta a un universo que ha sido exprimido al máximo. La proximidad de la serie basada en The Last of Us parece haber apurado este estreno, aunque tal vez lo mejor hubiera sido esperar a ese otro estreno, para sumarse. En paralelo, también hay que decir, The Walking Dead se sigue arrastrando como sus zombies, aunque haya perdido mucha audiencia. Sin contar otros innumerables ejemplos de series y películas con la misma temática, por ejemplo la gran serie coreana Estamos muertos.
La saga de películas de Resident Evil siempre fueron raras. Se veían tan clase B desde su primer título que nadie pensó que podía interesar al gran público. Pero no fue así, a pesar de todas sus locuras, las películas se siguieron haciendo, incluso aumentando su popularidad. Ahora esta serie intenta darle un marco más estándar, buscando una narración de largo aliento que permita, tal vez, convertirla en algo capaz de durar varias temporadas. La historia transcurre en dos tiempos: cuando el virus sale de las instalaciones de Umbrella en 2022 y en un mundo ya destruido en el 2036. Se centra en dos hermanas y su padre, quien ocupa un puesto grande en la corporación. Arranca con acción y espectacularidad para luego retroceder al drama más personal, algo que las películas nunca llegaron a tratar. A lo largo de varios vemos a las protagonistas lidiando con un conflicto que no incluye monstruos ni escenas de acción. Para eso está el 2036, donde sí se despliega todo lo que esa espectacularidad, violencia y sangre.
El problema es que esa drama juvenil del 2022 tiene más lugares comunes que el promedio de las producciones para ese público de la última década. Llega uno a olvidarse que se trata de una serie con zombies o perteneciente a Resident Evil. No es fácil ver a los protagonistas de estas historias matar enemigos sin que se vuelva una rutina vista cientos de veces. Hoy el género necesita nuevas miradas y conceptos que lo lleven al siguiente nivel y este no es el caso, lamentablemente.